Bautismo

Celebración del sacramento del Bautismo

Se concertará el día y hora celebración entre los párrocos y padres.


Catequesis Prebautismal

Elementos introductorios

 ¿Qué es un sacramento?

Son signos y medios con los que se expresa y fortalece la fe, se rinde culto a Dios y se realiza la santificación de los hombres. Son signos sensibles generadores de gracia invisible. Son canales por los que se derrama la gracia sacramental de Dios a quienes abren su corazón para recibirlos.

 ¿Qué es un signo?

Es algo que hace recordar otra cosa y puede ayudar a definirlo, (ejemplo: el humo es signo del fuego; la cruz es signo de la muerte de Cristo por nuestros pecados, las nubes oscuras son signo de lluvia; las palabras o gestos son signos de los pensamientos que tenemos y queremos expresar y comunicar a los demás). Así como los signos que conoces, también los sacramentos son signos que recuerdan el amor de Dios por la humanidad. En todos los sacramentos de la Iglesia recibimos la gracia sacramental.

 ¿Qué es la gracia sacramental?
Es la gracia particular del Espíritu Santo que da en cada sacramento. Por medio de cada sacramento, el Espíritu Santo nos transforma y nos une a Cristo. Jesús siempre actúa en cada sacramento si lo recibimos con las debidas condiciones, disposiciones o actitudes, (ejemplo: el grado de nuestra fe).

 ¿Cuantos y cuales son los sacramentos de la Iglesia?

Son siete sacramentos y la Iglesia los organiza de la siguiente manera:

 a) SACRAMENTOS DE INICIACIÓN CRISTIANA: Son los tres primeros sacramentos en los que la persona entra a formar parte de la Iglesia Católica. Por medio de estos sacramentos el nuevo cristiano se introduce en el Misterio Pascual de Cristo, es decir, en su Pasión, Muerte y Resurrección.

- BAUTISMO

- COMUNIÓN

- CONFIRMACIÓN

 b) SACRAMENTOS DE CURACIÓN O SANACIÓN: Se trata de aquellos sacramentos por los que se ofrece el alivio y la restauración de nuestras rupturas con Dios y con los hermanos. Además, encontramos fortaleza y esperanza para seguir confiando en el Señor.

- CONFESIÓN

- UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

 c) SACRAMENTOS DE MISIÓN O SERVICIO A LA COMUNIDAD: Son aquellos que están ordenados a la salvación de los demás. Contribuyen ciertamente a la propia salvación, pero esto lo hacen mediante el servicio que prestan a los demás, confieren una misión particular en la Iglesia y sirven a la edificación del Pueblo de Dios.

- ORDEN SACERDOTAL

- MATRIMONIO

 ¿Qué es el sacramento del bautismo?

El bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, la puerta de los sacramentos, cuya recepción de hecho o al menos de deseo es necesaria para la salvación, por el cual los hombres son liberados de los pecados, regenerados como hijos de Dios e incorporados a la Iglesia configurándose con Jesucristo.

Por medio del agua y de las Palabras que acompañan el rito, el creyente recibe la vida de Cristo Resucitado, se hace hijo de Dios y hermano de Jesucristo.

Es un don de Dios, es un regalo que libremente concede al hombre y mujer creyentes. Es el sacramento por el que se muere a lo viejo y se nace a lo nuevo.

 ¿CUÁL ES SU IMPORTANCIA?

Todos necesitamos de una familia para nacer; la familia es el primer grupo del cual hacemos parte. Después del nacimiento de un niño, sus padres van al registro civil para registrarlo y obtener un certificado de nacimiento: este documento atestigua que el niño pertenece a aquella familia.

Todo cristiano, además de pertenecer a su familia terrena, por el Bautismo, pertenece a la familia de Dios y con ella se identifica.

  • El Bautismo nos marca con un signo indeleble y definitivo, llamado carácter que nos distingue como pertenecientes a Cristo.

  • -El que recibe el Bautismo queda marcado por una vocación, por una opción que ha hecho por Dios.

  • -El bautismo hace del niño una nueva criatura.

  • -Nos hace miembros del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.

  • -Se perdonan todos los pecados: Borra el pecado original: el alma de la criatura queda totalmente limpia de todo pecado. Es uno de los significados del agua que se derrama en su cabecita: lavar el alma de toda mancha, dejarla limpia y resplandeciente por la fuerza de la Muerte y resurrección de Jesús.

  • -Le da el don del Espíritu Santo: el agua derramada en la cabeza del niño significa también la nueva vida que le es regalada, por obra del Espíritu Santo. El niño bautizado queda hecho: Hijo de Dios Padre, Hermano y miembro de Cristo: Y por lo mismo hijo de María Santísima: Templo del Espíritu Santo.

  • -Comienzan a formar parte de la Iglesia, que es el Pueblo de Dios, del cual forman parte todos los bautizados, las almas del Purgatorio y quienes están ya en el Cielo. Esta Iglesia es dirigida en la tierra por el Papa y por los obispos, y se hace concreta en las parroquias, en las cuales los sacerdotes son representantes de Cristo Pastor.

  • -Quedan marcados con un sello espiritual imborrable: el Bautismo no se puede repetir, porque marca a las personas en lo más profundo de su corazón. Ese "sello" indica su pertenencia a Jesús hasta la muerte, y por toda la eternidad

  • -Comienzan a ser herederos del Cielo: los hijos heredan los bienes de sus padres. La Vida nueva de Hijos de Dios que comienza en el Bautismo no termina nunca, porque si somos buenos cristianos, tenemos la seguridad de que el Señor nos dará el Cielo en herencia, porque los hijos heredan los bienes de sus padres.

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EL BAUTISMO EN LA SAGRADA ESCRITURA

 En el Antiguo Testamento

 El agua a lo largo de las Sagradas Escrituras va perfilando el rito del Bautismo en su sentido y significado:

 SENTIDO DE CREACIÓN: (Gn 1, 2 "El Espíritu de Dios se movía sobre el agua ") El agua está en el momento de la creación: con ella se inaugura un nuevo mundo. En el agua se mueve el Espíritu, reflejando la acción del Espíritu de Dios en las aguas bautismales.

 DE PURIFICACIÓN: (Gn. 6,12 - 13 "Al ver Dios que había tanta maldad en la tierra le dijo a Noé: he decidido terminar con toda la gente por su culpa hay mucha violencia en la tierra, en el mundo, así que voy a destruirlos a ellos y al mundo entero.") El diluvio de los cuarenta días y cuarenta noches tiene que ver con la decisión de Dios de purificar a la humanidad. Este signo en el que se ve el agua anticipa el carácter purificador de las aguas bautismales, en la que el creyente queda limpio de todos sus pecados.

 SENTIDO DE LIBERACIÓN: (Ex 14, 22 "Los Israelitas cruzaron el mar Rojo, pasando entre dos murallas de agua) El agua que se abre de par en par y por la que los israelitas se ven libres de sus enemigos, dice de la liberación de los creyentes en el agua bautismal.

 SENTIDO DE VIDA: (Nm 20, " El Señor dijo a Moisés: toma el bastón y con la ayuda de tu hermano Aarón, reúne a la gente. Luego, delante de todos, ordénale a la roca que les dé agua y verás que de la roca brotará agua para que beban ellos y el ganado.") El agua en pleno desierto calma la sed de los israelitas y les devuelve la vida. Así, las aguas del bautismo dan la vida a los creyentes.

 En el Nuevo Testamento

 BAUTISMO DE JESÚS: (Mc 1, 9 "Por aquellos días Jesús salió de Nazareth que está en la región de Galilea y Juan lo bautizó en el Jordán.") El bautismo de Juan exige la conversión de los pecados y es un signo de preparación para esperar al Mesías. Jesús se hace bautizar por Juan no porque haya pecado, sino para solidarizarse con el hermano que ha caído y restaurarlo en toda su dignidad. (Mc 10, "En el momento de salir del agua Jesús vio que el cielo se abría y que el Espíritu bajaba sobre él como una paloma") En el bautismo recibimos el Espíritu Santo y además somos revestidos de su fuerza y fortaleza para combatir el mal. (Mc 1, 11 "Se oyó una voz del cielo que decía: Tú eres mi hijo amado a quien he elegido") En el bautismo el creyente es reconocido por Dios como hijo suyo. Se establece una estrecha relación entre el hombre y Dios; ahora es una relación familiar de Padre e Hijo. En el bautismo Dios certifica su amor hacia nosotros y nosotros, por nuestra parte, comprometemos nuestra vida con Dios.

 EL BAUTISMO ES UNA EXIGENCIA: (Jn 3, 5... "Jesús le dijo: te aseguro que el que no nace de agua y del espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.") El bautismo es una exigencia para acceder al Reino de Dios.

 EL BAUTISMO ES UN MANDATO: (Mt 28,19 "Id y haced discípulos a todas las generaciones, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.") La Iglesia fiel al mandato del Señor bautiza a sus hijos haciéndolos discípulos del Señor.

 EL BAUTISMO NECESARIO PARA LA SALVACIÓN: (Mc 16,16 "El que crea y sea bautizado obtendrá la salvación, pero el que no crea será condenado") La fe está antes del sacramento. Se bautiza a quien tenga fe. En el caso del bautismo de niños se hace en la fe de sus padres y padrinos.

 EL BAUTISMO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA

Desde el día de Pentecostés, la Iglesia ha celebrado y ha administrado el santo bautismo. Los apóstoles y sus colaboradores ofrecen el bautismo a quien crea en Jesús. Después de la predicación de los apóstoles son muchos los que se acercan a pedir el bautismo.

 En los tres primeros siglos, quien iba a recibir el bautismo tenía que hacer un proceso de formación que duraba tres años: esta formación la daba quien iba a ser su padrino y éste a su vez lo presentaba ante el obispo en la noche de la vigilia pascual para que sea bautizado. El padrino daba testimonio que ya estaba preparado y era apto para recibir el sacramento.

El bautismo de los niños es una tradición inmemorial de la Iglesia. Está atestiguada desde el siglo II. Sin embargo, es muy posible que desde el comienzo de la predicación apostólica, cuando casas enteras recibieron el bautismo, se haya bautizado también a los niños.

 En los comienzos del siglo IV con la oficialización del cristianismo, como religión del Imperio Romano, los bautismos se acrecientan y se comienza a bautizar a los niños en grandes cantidades.

 La Iglesia desde entonces, en la fe de los padres y padrinos abre sus puertas a todos los niños para que reciban el santo sacramento del bautismo.

 EL BAUTISMO EN EL DERECHO DE LA IGLESIA

 Para que el Bautismo sea válido se debe hacer mediante la ablución con agua verdadera y acompañada de la forma verbal:
 

"YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE
Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO."

 El Bautismo se ha de administrar por inmersión o por infusión.

 Los padres, los padrinos y párroco no deben imponer un nombre ajeno al sentir cristiano.

 Si el niño se encuentra en peligro de muerte debe ser bautizado sin demora; puede bautizar todo cristiano y con las debidas disposiciones e intensiones que la misma Iglesia pide para que el Sacramento sea válido.

 Para bautizar lícitamente a un niño se requiere:

1. Que los padres den su consentimiento o quien legítimamente hacen sus veces.

2. Que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica; si esto falta no se debe administrar el sacramento.

 Con respecto a los padrinos:

1. Deben presentar al niño que va a recibir el bautismo.

2. Deben procurar que después del Bautismo se lleve una vida cristiana coherente.

 Para que sea padrinos es necesario que:

1. Que sean elegidos por sus padres o quienes hacen sus veces.

2. Que tengan capacidad par esta misión e intención de desempeñarla.

3. Que hayan cumplido 16 años a no ser que el Obispo diga otra cosa o que por justa causa, el párroco o el ministro considera admisible una excepción.

4. Que sea católico, esté confirmado, haya recibido ya el Santísimo Sacramento de la Eucaristía y que de testimonio de lo que cree (que sea casado por la Iglesia o solteros, que no esté en unión marital de hecho).

5. Que no sea el padre o la madre de quien se ha de bautizar.

 EL BAUTISMO EN LA LITURGIA

  LOS SIGNOS DEL BAUTISMO.

Señal de la Cruz: Para los cristianos católicos la cruz es signo de salvación. Al iniciar la celebración se realiza en señal de aceptación de la Iglesia como comunidad viviente.

 El agua: significa vida y purificación, de hecho el Bautismo nos purifica de todo pecado, al hacernos entrar en una nueva realidad y hacernos hijos de Dios. Bautizar significa sumergir: el bautizado es inmerso, que simboliza la voluntad y el deseo del cristiano de dar su vida como Cristo por los demás.

 El vestido blanco: simboliza la pureza y el comienzo de una nueva vida, limpia y tranquila; además, la ropa blanca nos recuerda a Jesús lleno de gloria, en su resurrección, (paso a la nueva vida).

 La vela encendida: por el Bautismo recibimos la luz de Cristo, que iluminará nuestra vida. La vela encendida significa el triunfo de Cristo sobre las tinieblas del pecado.

 La unción con el óleo: significa la fuerza que el Bautismo transmite a la persona que recibe este sacramento.

 La unción con el santo crisma: El bautizado es consagrado como sacerdote, profeta y rey para dar testimonio de Cristo Jesús, extender su misión e instaurar el Reino de Dios.

 Renuncia y profesión de fe: Por la renuncia al mal muerte al pecado y por la profesión de fe adhesión a Cristo. Aquí se evidencia la participación insustituible del hombre en la renovación operada por el bautismo.

 CELEBRACIÓN DEL BAUTISMO

 La celebración consta de 4 partes:

1. Rito de acogida: (La comunidad acoge al bautizando).

2. Liturgia de la Palabra.

3. Liturgia del sacramento.

4. Rito de despedida.

 1. Rito de acogida:

I.Pregunta:

¿QUÉ PEDÍS A LA IGLESIA DE DIOS PARA ESTE NIÑO?

Respuesta: El bautismo.

 ¿AL PEDIR EL BAUTISMO PARA ESTE NIÑO OS COMPROMETÉIS A SEGUIR EDUCÁNDOLO EN LA FE...?

Respuesta: Sí, nos comprometemos.

 ¿VOSOTROS PADRINOS, ESTÁIS DISPUESTOS A AYUDAR A LOS PADRES DE ESTE NIÑO EN ESTA EDUCACIÓN EN LA FE?

Respuesta: Sí, estamos dispuestos.

II.  El nombre del niño

III. La señal de la cruz (Primero la hace el ministro, luego sus padres y padrinos. Se hace en la frente del niño)

 2. Liturgia de la Palabra:

I.   Lecturas bíblicas
II.  Homilía
III. Oración de los fieles
IV. Exorcismo
V.  Unción con óleo de los catecúmenos (Se debe descubrir el pecho del niño, para ser ungido.)

 3. Liturgia del sacramento:

I.   Bendición del agua
II.  Renuncias y profesión de fe. (La respuesta se hace en singular, es decir : Sí creo)
III. Rito del bautismo
IV. Unción con el santo crisma (Se unge al niño para que sea sacerdote, profeta y rey)
V.  Vestidura blanca

4. Rito de despedida:

I.   Luz ( Los padrinos encienden el cirio del cirio pascual, que representa a Cristo
II.  Resucitado)
III. Padre Nuestro
IV. Bendición
V.  Despedida.

 DESPUÉS DEL BAUTISMO

 
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¿Cómo le ayudaremos a ser cristiano?

 — La fe y la vida de los padres: Predicar con el propio ejemplo es la mejor manera de ayudar al niño a ser cristiano. Es importante que vea a los padres rezar (antes de las comidas, cuando ocurre algo bueno y también en los momentos difíciles...), que participan los domingos en la misa...

 — Enseñarle a rezar: Desde pequeño, el niño debe aprender a relacionarse con Dios, a rezar. Por la mañana —cuando se levanta—, por la noche —al terminar el día—, antes de comer...

 — Enseñarle actitudes cristianas: Que las vea en los padres, pero ayudarle también a vivirlas. Por ejemplo: a compartir sus juguetes, a visitar algún amigo o familiar enfermo, a perdonar, a decir la verdad...

 — Tener signos cristianos en casa: Cuando el niño empiece a abrir los ojos a la vida, será importante que vea, como algo que forma parte de la casa, algún signo cristiano: una cruz, una imagen de la Virgen, el belén por Navidades...

 — Celebrar el aniversario del bautismo: Si celebramos el aniversario del nacimiento —el cumpleaños— ¿por qué no celebrar también el aniversario del bautismo para recordar la importancia de ser cristiano?

 — Incorporado, en la medida que crezca, a la vida de la comunidad: El bautismo es el inicio del camino cristiano. Para que el niño avance en este camino será necesario llevarlo a la Iglesia para que reciba también los demás sacramentos (eucaristía, penitencia, confirmación...).

Orientaciones diocesanas sobre el Bautismo


PRESENTACIÓN

 Por el Bautismo entramos a formar parte de una gran familia, la familia de los hijos de Dios, la familia de la Iglesia católica. Una familia que se alegra por cada nueva incorporación y que tiene como fundamento la apuesta constante por la vida que nos trajo Jesucristo.

 Ser bautizado es ser cristiano, ser discípulo de Cristo. Esto supone un reto y una tarea. El reto de llevar una vida en sintonía con el Bautismo que, necesariamente, se alimenta con la Eucaristía dominical y se orienta con la confesión frecuente. La tarea nos lleva a luchar permanentemente para extir¬par el mal que encontramos diariamente en nosotros mismos y que también vemos en el mundo.

 El Bautismo nos habla de vida nueva, de limpieza de alma, de resu¬rrección, de Dios, de eternidad. Y este folleto nos habla de todo esto: de la belleza y el gozo de ser cristiano, de la alegría de ser testigos del Evangelio en nuestra sociedad y de vivir la fe en la comunión que quiere la Iglesia.

 A partir de las Disposiciones Diocesanas sobre el Bautismo, publica¬das en abril de 2010, aquí se recogen unas Orientaciones Pastorales para ayuda de los sacerdotes, padres y padrinos. En este folleto podrás encontrar explicaciones sobre este Sacramento y respuestas a tantas preguntas que se pueden hacer a la hora de solicitar el Bautismo.

 Ante la sociedad nueva y distinta que está aflorando, los bautizados he¬mos de trabajar en comunión, aunando fuerzas, para orientar el mundo según la voluntad y los designios de Dios Padre.

Fidel Blasco Canalejas

Delegado diocesano de Catequesis

Marzo 2011

  1. ¿QUÉ ES EL BAUTISMO?

El BAUTISMO "es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el Espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regene¬rados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión" (CIC 12131).

El Bautismo es un Sacramento, un signo visible de otra realidad invisible, el amor y la salvación de Dios. Derramando agua sobre la ca¬beza y diciendo: "Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo", se recibe el Sacramento del Bautismo.

Por medio del Bautismo comenzamos a ser cristianos. Única¬mente estando bautizado se pueden recibir los otros sacramentos a lo largo de la vida.

2. ¿QUÉ DICE LA BIBLIA SOBRE EL BAUTISMO?

Son muchos los textos bíblicos en los que podemos encontrar alusiones al Bautismo, pero el texto principal lo encon¬tramos el día de la Ascensión, cuando Je¬sús encomendó a sus discípulos: «Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos» (Mt 28, 19-20).

Desde el primer Pentecostés, la Iglesia hace un llamamiento a todo el mundo: «Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibi¬réis el don del Espíritu Santo" (Hch 2, 38).

3. ¿POR QUÉ ES NECESARIO EL BAUTISMO?

El Señor mismo afirma que el Bautismo es necesario para la salva¬ción, (Jn 3, 5). Por ello mandó a sus discípulos a anunciar el Evangelio y bautizar a todas las naciones (Mt 28, 19-20).

También la Iglesia nos enseña que: "El Bautismo es necesario para la salvación en aquellos a los que el Evangelio ha sido anunciado y han te¬nido la posibilidad de pedir el Sacramento. La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada en la bienaventuranza eterna" (CIC 1257).

4. ¿QUÉ SUCEDE CUANDO NOS BAUTIZAN?

El Sacramento del Bautismo nos hace hijos de Dios a imagen de Jesús y miembros de la Iglesia. Por el Bautismo somos lavados del pecado original y nacemos a una Vida nueva.

El Bautismo sella con una señal invisible e imborrable que llamamos carácter bautismal. Este sello de Cristo no se borra y perma¬nece siempre. Por razón del carácter, el Bautismo nunca se puede repetir.

El Bautismo nos une a Jesucristo. Nos hace hermanos suyos, y nos hace participar de su Misterio Pascual: morimos con Él, somos sepultados con Él y resucitamos con Él. Con Él pasamos de la muerte del pecado a la vida sin fin. El Bautismo imprime en el cristiano un sello espiritual imborrable de su pertenencia a Cristo.

El Bautismo nos hace templos del Espíritu Santo, que es la luz que nos ilumina, la gracia que nos renueva, la fuerza que nos empuja a vivir el Evangelio y a amar a todos los hombres.

El Bautismo nos incorpora a la Iglesia. El Bautismo constituye el fundamento de la comunión entre todos los cristianos. Por él se nos abren las puertas de la vida cristiana y entramos a formar parte de la Iglesia, la comunidad de los seguidores de Jesucristo.

5. ¿QUÉ DONES NOS OFRECE EL BAUTISMO?

Unas virtudes: Fe, Esperanza y Caridad.

Un sentido de la vida: venimos de Dios, vamos a Dios.

Un modelo: Jesucristo Camino, Verdad y Vida.

Unos valores: amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a nosotros mismos.

Una fuerza: la fuerza del Espíritu Santo.

Un proyecto: que el mundo progrese conforme al plan amoroso de Dios.

6. ¿QUÉ CONDICIONES SE REQUIEREN PARA BAUTIZAR LÍCITAMENTE A UN NIÑO?

El Código de Derecho Canónico (c. 868) establece que se requie¬ren dos condiciones:

1. Que den su consentimiento los padres o, al menos, uno de los dos; o quienes legítimamente hacen sus veces.

2. Que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica. Si falta por completo esa esperanza, debe diferirse el Bautismo.

7. ¿QUE EXIGENCIAS Y RESPONSABILIDADES SE PIDE A LOS PADRES?

 1. Los padres que deseen bautizar a sus hijos deben tomarse en serio su propia vida cristiana, puesto que los hijos son bautizados en la fe que sus padres viven en comunión con la Iglesia.

2. Los padres han de dar garantías serias del compromiso de educar a sus hijos en la Fe y en la vida cristiana, como manifiestan públicamente en la celebración del Bautismo. Este compromiso tiene una mayor exigencia puesto que ha sido solemnemente manifestado ante Dios y en presencia de la comunidad cristiana.

3. La Fe que se pide para el hijo en el Bautismo exige de los padres:

a) Que den ejemplo de una vida religiosa y honrada en la familia, especialmente a través del amor conyugal y la educación de los hijos, en el trabajo y en la vida pública general.

b) Que no hayan renunciado a la Fe católica.

4. Solicitar de la Parroquia la celebración del Bautismo con suficiente antelación, al menos un mes antes, en orden a la preparación.

5. Elegir, como padrinos del hijo personas cristianas ejemplares, y que reúnan las cualidades exigidas por la Iglesia para poder desempeñar dignamente la función de educadores cristianos de sus ahijados.

6. Participar en los encuentros preparatorios de la celebración bautismal que ofrezca la Parroquia (catequesis, oración en común, reuniones de varias familias, etc.) y, si es posible, recibir en la propia casa al párroco o catequista (c. 851,2). A esta preparación es también importante que asistan los padrinos.

8. ¿QUIÉN DEBE HACER LA SOLICITUD DEL BAUTISMO?

Normalmente la solicitud del Bautismo ha de hacerse personalmente por los padres en la Parroquia con tiempo suficiente para la necesaria catequesis.

9. ¿CUÁL DEBE SER EL LUGAR DEL BAUTISMO?

El lugar ordinario del Bautismo es la Parroquia propia de los padres, como indica el Código de Derecho Canónico, (c. 857,2).

10. ¿QUE CRITERIOS SE DEBEN SEGUIR PARA ELEGIR A LOS PADRINOS?

Dada la importancia de los padrinos, su elección no debe convertirse en un mero trámite o formalismo. Los padrinos tienen como misión "asistir en su Iniciación Cristiana al adulto que se bautiza y, juntamente con los padres, presentar al niño que va a recibir el Bautismo y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el Bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo" (c. 872)

Como indica el vigente Código de Derecho Canónico, quien va a recibir el Bautismo tenga "un solo padrino, o una sola madrina", o uno y una (c. 873). Portante, no pueden ser padrinos dos varones o dos mujeres. Tampoco lo pueden ser el padre o la madre de quien se va a bautizar (c. 874,5).

Dada la gran responsabilidad que tendrán en el futuro de la educación religiosa del niño, conviene exhortar a los padres a que elijan bien a los padrinos, no dejándose guiar únicamente por razones de parentesco, amistad o prestigio social, sino por un deseo sincero de asegurar a sus hijos unos padrinos que, por su edad, proximidad, formación y vida cristiana, sean capaces de influir eficazmente en la educación cristiana del bautizado.

Las condiciones exigidas por la Iglesia para ser padrino, según el Código de Derecho Canónico, son las siguientes (c. 874):

1. Que haya sido elegido por quien va a bautizarse o por sus padres o por quienes ocupan su lugar o, faltando éstos, por el párroco o ministro; y que tenga capacidad para esta misión e intención de desempeñarla.

2. Haber cumplido 16 años, "a no ser que el Obispo diocesano establezca otra edad, o que, por justa causa, el párroco o el ministro consideren admisible una excepción" (c. 874,2).

3. Ser católico. Sin embargo, un cristiano oriental ortodoxo pue¬de ser verdadero padrino, junto a otro católico (Directorio de Ecumenismo, 98 b).

4. Haber recibido la Eucaristía y estar confirmado. Con el fin de prevenir situaciones anómalas, el que va a ser padrino o madrina, con la debida antelación, acreditará que está confirmado.

5. Llevar una vida congruente con la Fe y con la misión que va a asumir. Por esta razón no pueden ser padrinos quienes se encuentran en una situación matrimonial irregular (quienes viven en unión de hecho, el católico unido sólo civilmente o quien se ha divorciado y casado de nuevo), el que ha abandonado notoriamente la Fe o quien está incurso en una pena canónica.

11. ¿CÓMO DEBE PREPARARSE EL BAUTISMO?

La preparación de los padres y padrinos constituye hoy una de las mayores preocupaciones de los pastores ante la carencia de signos de vida cristiana en un buen número de padres, que mantienen actitudes de indiferencia o de alejamiento de la comunidad eclesial y de la práctica religiosa. Todo esto hace muy difícil que puedan ser efectivamente los primeros educadores en la fe de sus hijos. Por este motivo, la preparación de padres y padrinos reviste una gran importancia pastoral.

La preparación pretende hacer reflexionar a padres y padrinos sobre sus motivaciones, para que éstas sean un verdadero ejercicio de Fe; preparar el rito, explicando sus intervenciones y el significado de las mismas para asegurar la veracidad de sus respuestas; incluir como contenidos, la importancia de la Fe en Jesucristo, la novedad que supone el Bautismo en la vida de su hijo y la grandeza de la filiación divina adoptiva; hacerles caer en la cuenta de que, al pedir el bautismo, están pidiendo la Iniciación Cristiana y que esto implica el compromiso de una permanente educación religiosa.

12. ¿QUÉ PASOS DEBEN DARSE PARA RECIBIR EL BAUTISMO?

1. Acudir a la Parroquia propia para solicitarlo y rellenar la documentación necesaria.

2. Elegir el día para el bautizo, en diálogo con el párroco.

3. Aportar la acreditación de Bautismo y Confirmación del padrino y la madrina.

4. Asistir a las catequesis previas y prepararse espiritualmente.

13. BAUTISMO DE NIÑOS EN EDAD CATEQUÉTICA

Hay que tener en cuenta que estos niños, que no fueron bautizados al nacer, no pueden ser considerados párvulos y no se les puede bautizar siguiendo el Ritual de Bautismo de Niños. La Iglesia les considera adultos, a partir de los 7 años, en relación a la Iniciación Cristiana (c. 852,1) y deben seguir un itinerario catecumenal especial para recibir el Bautismo adecuadamente. Cuando sea posible se constituirá un grupo especial con estos niños. Ordinariamente, se prepararán junto a los compañeros que, bautizados tiempo atrás, participan en la catequesis de la primera Comunión o de la Confirmación.

14. BAUTISMO DE ADULTOS.

La persona adulta que pide ser bautizada debe seguir, como es obvio, un catecumenado (c. 851,1) que consta de tres etapas, marcadas por unos Ritos de hondo significado. Para estos casos, hay aprobadas y publicadas unas Orientaciones Diocesanas.

15. ¿QUÉ HACER DESPUÉS DEL BAUTISMO?

1. Predicar con el propio ejemplo: Esa es la mejor manera de ayudar al niño a ser cristiano, que el niño vea a los padres rezar, ir a Misa los domingos, comportarse siempre como cristianos.

2. Enseñar al hijo a rezar: El bautizado debe aprender desde los primeros años a relacionarse con su Padre Dios. Rezará en varios momentos a lo largo de la jornada

3. Transmitir las actitudes cristianas: Ayudarle a vivir, no sólo a saber, actitudes básicas del cristiano como compartir, visitar enfermos, perdonar, decir la verdad, etc.

4. Tener signos o imágenes cristianas en casa: Que en el hogar haya como parte de la casa signos cristianos: cruz, imagen de la Virgen María, el Belén en Navidad, etc.

5. Celebrar el aniversario del Bautismo para recordar el inicio de nuestra Vida en Cristo.

6. Incorporar al bautizado cuando crezca en la vida de la comunidad: Misa dominical, catequesis sacramental, encuentros de infancia, campañas de solidaridad, etc.

7. Apuntarle en la clase de religión en el Colegio. Esta es una buena forma de reforzar y completar la formación cristiana que se ofrece en la familia y en la Parroquia.

16. ¿QUÉ PREGUNTAS PUEDEN SURGIR A LA HORA DE SOLICITAR EL BAUTISMO?

1. Unos hermanos que se van a bautizar ¿pueden tener los mismos padrinos?

    Sí. Si los padrinos reúnen las condiciones adecuadas que se piden para serlo, no hay ningún problema que sean padrinos de varios niños a la vez, o en distintos momentos u ocasiones.

2. ¿Pueden ser padrinos o madrinas de un niño dos hombres o dos mujeres?

    No. El Código de Derecho Canónico en el canon 873 especifica: "Téngase un solo padrino o una sola madrina, o uno y una". Por tanto, según esta norma eclesial es suficiente tener un solo padrino o una sola madrina, y no se autoriza a que dos personas del mismo sexo actúen como padrinos o madrinas de un niño. También, en circunstancias espe¬ciales, se puede bautizar sin tener ni padrino ni madrina.

3. El párroco no deja que uno de mis hijos sea padrino de un sobrino. Me dice que si mi hijo no está confirmado no puede ser padrino. ¿Es así?

    Efectivamente. Su párroco tiene razón ya que una de las condiciones que la Iglesia pone para ser padrino es que esté confirmado. Sin embargo, el párroco, si ve conveniente y con razones de peso una vez comprobada la madurez humana y cristiana de la persona propuesta, sí puede dispensar de la edad para ser padrino, pero en ningún caso puede dispensar de la Confirmación.

4. ¿Puede ser padrino o madrina una persona que no sea católica?

    No. Para ser padrino o madrina de Bautismo o de Confirmación hace falta ser católico, estar confirmado, haber recibido la Eucaristía y llevar una vida congruente con la Fe y la misión que va a asumir. Si está unido a otra persona, debe haber recibido el Sacramento del Matrimonio, es decir, estar casado por la Iglesia. No pueden ser padrinos los que están unidos sólo por el matrimonio civil, ni los que simplemente están conviviendo de mutuo acuerdo. Sin embargo, puede ser padrino un cristiano ortodoxo en unión de otro católico (Directorio de Ecumenismo, 98 b).

5. ¿Puede realizarse o celebrarse el Bautismo en otra Parroquia?

    Como norma general el lugar ordinario para el Bautismo de los niños es "la Parroquia propia de sus padres, a no ser que una causa justa aconseje otra cosa" (c.857,2). Por tanto, se puede bautizar en otra Parroquia siempre que exista "causa justa" y su párroco le dé autorización para ello. En tal caso deberá acudir a la Parroquia donde desea bautizar a su hijo y solicitar a aquel párroco tal posibilidad. Si le admite, éste le pedirá que le lleve por escrito la autorización de su párroco propio. Acudirá a su actual Parroquia y solicitará al párroco la autorización por escrito para, así, entregarla al párroco donde se va a bautizar.

6. ¿Qué nombre pongo a mi hijo?

    El canon 855 del Derecho Canónico dice: "Procuren los padres, los padrinos y el párroco que no se imponga un nombre ajeno al sentir cristiano". Por lo cual se ha de procurar elegir un nombre bíblico, del santoral cristiano o que haga referencia a algún misterio de la Fe. No vale cualquier nombre, aunque sea aceptado en el Registro Civil.

7. ¿Se puede cambiar de padrinos?

    Una vez celebrado el Sacramento del Bautismo NO se puede cambiar de padrinos, ya que lo que refleja el certificado de Bautismo es una realidad histórica que se celebró con las personas concretas que aparecen en el documento. Hacer cualquier cambio sería simplemente falsificar la realidad. Los padres tienen que tener muy en cuenta la importancia de elegir bien y conscientemente al padrino o padrinos de sus hijos, ya que esta vinculación será para siempre.

 8. ¿Un divorciado puede ser padrino?

    Una persona divorciada puede ser padrino o madrina de Bautismo y de Confirmación si:

- estando divorciado no convive como pareja con nadie.

- estando divorciado no se casó nuevamente por lo civil.

9. ¿Con cuánto tiempo bautizar a mi hijo?

    "Los padres tienen obligación de hacer que los hijos sean bautizados en las primeras semanas; cuanto antes después del nacimiento e incluso antes de él, acudan al párroco para pedir el Sacramento para su hijo y prepararse debidamente" (c. 867,1).

10. ¿Qué día bautizar a mi hijo?

   Aunque el Bautismo puede celebrarse cualquier día, es aconsejable, sin embargo, que de ordinario el Bautismo se celebre en domingo o, si es posible, en la Vigilia Pascual, por su particular relación con la Resurrección del Señor y con la comunidad parroquial presente, (c. 856).

11. En caso de peligro de muerte ¿quién puede bautizar a mi hijo?

    En peligro de muerte el niño debe ser bautizado sin demora por cualquier persona, derramando agua en la cabeza del niño y diciendo a la vez: "Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (c. 861,2; 867,2).

12. ¿Qué preparación necesita un adulto que se quiere bautizar?

    Un adulto que quiera bautizarse debe iniciar un proceso catequético que debe prolongarse, como norma, dos años.

Disposiciones diocesanas sobre el Bautismo


  I. SOBRE EL BAUTISMO DE NIÑOS (menores de siete años)

  1. Licitud. El Código de Derecho Canónico (canon 868) establece que, para bautizar lícitamente a un infante, se requieren dos condiciones:

a. Que den su consentimiento los padres o, al menos, uno de los dos o quienes legítimamente hacen sus veces.

b. Que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica; si falta por completo esa esperanza, debe diferirse el bautismo, según las disposiciones del derecho, haciendo saber la razón a sus padres (cfr. c. 868). Las circunstancias de ese aplazamiento se rigen por el derecho diocesano

2. Solicitud del Bautismo. Normalmente la solicitud del bautismo ha de hacerse personalmente por los padres en la parroquia con tiempo suficiente para la necesaria catequesis. Es preciso que la parroquia prepare cuidadosamente la acogida que debe dispensarse por la importancia del propio bautismo.

         3. Elección de los padrinos. Dada la importancia de los padrinos, su elección no debe convertirse en un mero trámite o formalismo. Los padrinos tienen como misión “asistir en su iniciación cristiana al adulto que se bautiza y, juntamente con los padres, presentar al niño que va a recibir el bautismo y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo” (c.872)

Como indica el vigente Código, quien va a recibir el bautismo tenga un solo padrino, o una sola madrina, o uno y una (cfr. c. 873). Por tanto, no pueden ser padrinos dos varones o dos mujeres. Tampoco lo pueden ser el padre o la madre de quien se va a bautizar.

Dada la gran responsabilidad que tendrán en el futuro de la educación religiosa del niño, conviene exhortar a los padres a que elijan bien a los padrinos, no dejándose guiar únicamente por razones de pa­rentesco, amistad o prestigio social, sino por un deseo sincero de asegurar a sus hijos unos padrinos que, por su edad, proximidad, formación y vida cristiana, sean capaces de influir, en su día, eficazmente en la educación cris­tiana de aquellos.

Las condiciones exigidas por la Iglesia para ser padrino, según el Código, son las siguientes (cfr. c. 874):

a. Haber cumplido 16 años, “a no ser que el Obispo diocesano establezca otra edad, o que, por justa causa, el párroco o el ministro consideren admisible una excepción” (cfr. c. 874, & 1-2).

b. Ser católico. El bautizado que pertenece a una comunidad eclesial no católica sólo puede ser admitido junto con un padrino católico, y exclusivamente en calidad de testigo del bautismo. Su nombre puede registrarse en el acta bautismal en calidad de testigo (cfr. c. 877, & 1). Sin embargo, un cristiano oriental ortodoxo puede ser verdadero padrino, junto a otro católico (cfr. Directorio de Ecumenismo, n. 98 b).

c. Haber recibido la Eucaristía y estar confirmado. Con el fin de prevenir situaciones anómalas, el que va a ser padrino o madrina con la debida antelación acreditará que está confirmado.

d. Llevar una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir. Por esta razón no pueden ser padrinos quienes se encuentran en una situación matrimonial irregular (quienes viven en unión de hecho, el católico unido sólo civilmente o quien se ha divorciado y casado de nuevo), el que ha abandonado notoriamente la fe o quien está incurso en una pena canónica.

4. Resulta conveniente explicar a los fieles estas condiciones, con el fin de que no se presenten con padrinos elegidos que no las cumplen. En este sentido, conviene aprovechar los cursillos prematrimoniales para recordar cual es la doctrina de la Iglesia sobre la elección de los padrinos del bautismo.

        5. Preparación. La preparación de los padres y padrinos constituye hoy una de las mayores preocupaciones de los pastores ante la carencia de signos de vida cristiana en un buen número de padres, apenas evangelizados, que mantienen actitudes de indiferencia y de alejamiento de la comunidad eclesial y de la práctica religiosa, lo que hace muy difícil que puedan ser efectivamente los primeros educadores en la fe de sus hijos. Por este motivo, la preparación de padres y padrinos reviste una gran importancia. Ha de tener todas las características de un acto pastoral, de ofrecimiento evangelizador y de auténtica catequesis para los que van a participar en la acción litúrgica.

La preparación pretende: hacer reflexionar a padres y padrinos sobre sus motivaciones, para que estas sean un verdadero ejercicio de fe; preparar el rito, explicando sus intervenciones y el significado de las mismas para que asegure la veracidad de sus respuestas; incluir como contenidos, la importancia de la fe en Jesucristo, la novedad que supone el Bautismo en la vida de su hijo y la grandeza de la filiación divina adoptiva; hacerles caer en la cuenta de que, al pedir el bautismo, están pidiendo la Iniciación Cristiana y de que esto implica el compromiso de su futura educación religiosa.

      6. Tiempo de la celebración. Se recomienda celebrar el bautismo en domingo y dentro de la Eucaristía parroquial. La prudencia pastoral evitará, si llega el caso, una frecuencia excesiva de esta práctica para no dañar el carácter propio que debe tener la liturgia de cada domingo. Cuando no se celebren dentro de la Misa, los bautismos se han de celebrar a una hora conveniente que favorezca la presencia y participación de la comunidad parroquial. Se recomienda no bautizar en Cuaresma.

         7. Lugar del bautismo. Como indica el Código, el lugar ordinario es la parroquia propia: “Como norma general, el niño debe bautizarse en la iglesia parroquial de sus padres, a no ser que una causa justa aconseje otra cosa” (c. 857, &2). Deben excluirse, salvo en caso de urgencia, las clínicas, oratorios, capillas, y domicilios particulares (cfr. c. 860); en tales casos se completarán los ritos bautismales en la parroquia propia donde se inscribirá el bautismo. Asimismo no es propio que el Bautismo se celebre en un templo no parroquial.

         8. Situaciones especiales. Cada día son más frecuentes los casos de padres que se encuentran en situación especial -como se detalla en los números siguientes- y que, no obstante, solicitan el Bautismo para sus hijos. Aunque es claro que la situación moral o jurídica de los padres no incide, de por sí, en la cuestión del Bautismo del niño, ciertamente, dicha situación puede ser un motivo para interrogarse sobre la educación cristiana que tales padres podrán dar a ese hijo. Habrá que evitar tanto una actitud de severidad que rechace de plano el bautismo de sus hijos, como la excesiva facilidad en admitirlo cuando no existe una esperanza fundada de su educación cristiana (cfr. c. 868; Ritual de Bautismo 3, 15 d).

El sacerdote deberá prestarles una atención especial, en un diálogo sincero y respetuoso según las circunstancias. El Bautismo de los hijos puede ser la ocasión para invitarles a una regularización de su situación, poniendo en práctica los principios y pautas pastorales de la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio (Cfr. nº 81 y 84).

         9. Padres creyentes no practicantes. Es muy frecuente la petición del Bautismo por parte de padres que no cumplen habitualmente los preceptos de la Iglesia (no son católicos practicantes), sin que esto signifique, por su parte, un rechazo explícito de la misma. En estos casos, el sacerdote, considerando positivamente el hecho de su petición, en un clima de diálogo, procurará despertar en ellos una mayor coherencia de vida cristiana personal y la conciencia de su responsabilidad en la educación cristiana de sus hijos.

         10. Padres católicos, casados canónicamente que se han divorciado y han vuelto a contraer nupcias ante al autoridad civil. Muchas de estas personas reconocen su situación matrimonial irregular y, a la vez, se dicen y se sienten católicos. Esa es la razón por la que piden el Bautismo para sus hijos. Los párrocos, en estas circunstancias, para conferir el bautismo, han de discernir la disposición de los solicitantes y la voluntad de educar católicamente a los bautizados, dándoles un padrino adecuado.

       11. Padres bautizados, casados sólo civilmente o parejas que conviven maritalmente sin vínculo matrimonial algunoEn estos casos, si no se tienen las garantías mínimas exigidas (el compromiso de facilitar, llegado el momento, su educación religiosa y el nombramiento de un padrino adecuado), conviene explicarles con claridad la conveniencia de aplazar el Bautismo, lo cual no ha de entenderse como una sanción al hecho de que no se hayan casado en la Iglesia, ni una especie de coacción para que lo hagan, sino una invitación a que reflexionen sobre el significado de lo que solicitan.

          12. Padres no creyentesEn este caso se impone un examen más exigente de los motivos de la petición y de las garantías de una futura educación de los hijos en la fe de la Iglesia y habrá que tener muy presentes las características de quienes hayan de ser elegidos como padrinos. Sólo si se garantiza la futura educación cristiana de los niños se podrá acceder a la petición; de lo contrario y mientras esa situación permanezca, no se podrá proceder al Bautismo.

         13. Padres de diferente religión. En el caso de hijos de matrimonios mixtos o de padres de diferente religión, situación que, dado el fenómeno de la inmigración, es previsible que será frecuente en el futuro, se presentan situaciones especiales que requieren un tratamiento doctrinal y pastoralmente lúcido y habrá que exigirles las mismas garantías que en los casos anteriores.

         14. Padres cristianos no católicos sin cambio de rito. En el caso de que padres no católicos (ortodoxos) soliciten el bautismo para su hijo, puede ser bautizado lícitamente si ambos o uno de ellos o aquel que legítimamente ocupa su lugar lo piden y les es físicamente o moralmente imposible acceder al ministro propio (cfr. Código Canónico de las Iglesias Orientales Católicas -CCEO- 681, & 2). En estos casos de debe proceder como sigue:

a. La solicitud deben hacerla por escrito, manifestando las motivaciones, para garantizar la libertad religiosa y evitar toda apariencia de proselitismo.

b. Corresponde al Obispo determinar el lugar y ministro de la celebración.

c. No se inscriba en el Libro de Bautismos de la Parroquia, sino désele una certificación para la Iglesia a la que pertenece.

d. Adminístrese y hágase constar la Confirmación según la praxis común a las Iglesias Orientales, pero no la Eucaristía.

        15. Padres cristianos no católicos con cambio de rito para el bautizado. Si quieren que su hijo sea bautizado en la Iglesia Católica para que sea católico y reciba la educación oportuna, los padres han de manifestar por escrito esta decisión, indicando a qué Iglesia ortodoxa pertenecen. El niño bautizado permanece en el rito del que proceden los padres hasta cumplir los 14 años en que puede pedir, mediante rescripto, el cambio de rito (cfr. CCEO 30). El bautismo le adscribe, por tanto, al rito de procedencia, anotando al margen la pertenencia a la Iglesia “sui iuris” (cfr. CCEO 296.2 y 37). En este caso:

         a. El Ordinario del lugar determinará el lugar y el ministro de la celebración, pudiendo facultar al ministro para administrar la Confirmación (CCEO 696.2) y Eucaristía, según praxis común de todas las iglesias orientales (tanto católicas como ortodoxas).

b. Inscríbase el bautismo en el libro de Bautismos de la Parroquia, anotando al margen la adscripción del rito (cfr. CCEO 37 y 296.2; CIC, c. 535, &2) y la Confirmación si la recibe, con esta frase: “Adscrito al rito de la Iglesia... por el bautismo recibido”.

En estos casos, además de la petición por escrito, presentarán certificación de su propio bautismo para determinar posteriormente la adscripción del recién bautizado a la Iglesia “sui iuris”, dado que no pueden elegir otro rito distinto del suyo para su hijo que todavía no puede elegir. Ése es un derecho que puede ejercitar su hijo cuando cumpla catorce años.

         16. Garantías mínimas. En todos estos casos y en aquellos en los que los padres se muestran indiferentes al Bautismo de su hijo sin oponerse a él, para proceder a la celebración del sacramento, hay que contar con garantías de que el niño será educado en la fe católica por algún miembro de la familia, por el padrino o la madrina o por algún miembro de la comunidad parroquial (La Iniciación Cristiana, 80). Se puede entender que las disposiciones de los padres son auténticas si eligen o aceptan, como padrinos, a buenos cristianos, conscientes de su fe y practicantes de la misma, con tal que éstos se comprometan a velar por la formación cristiana de los bautizandos. Si no se dan estas garantías mínimas, la prudencia aconseja retrasar el bautismo, en cuyo caso los pastores deberán mantenerse en contacto con los padres, para llegar, si es posible, a las condiciones requeridas para la celebración del mismo. Si tampoco se lograra esta solución, se podrá proponer como último recurso la inscripción del niño con miras a un catecumenado en su época escolar.

II. SOBRE EL BAUTISMO DE NIÑOS EN EDAD CATEQUÉTICA (mayores de siete años)

     17. Una situación peculiar. Lo primero que hay que tener en cuenta es que estos niños, que no fueron bautizados al nacer, no pueden ser considerados párvulos y no se les puede bautizar siguiendo el Ritual de Bautismo de Niños. La Iglesia les considera adultos en relación a la Iniciación Cristiana (cfr. c.852,1) y deben seguir un itinerario catecumenal especial para recibir el bautismo adecuadamente. Cuando sea posible se constituirá un grupo especial con estos niños. Ordinariamente, se prepararán junto a los compañeros que, bautizados tiempo atrás, participan en la catequesis de la primera comunión o de la confirmación.

         18. Principales etapas del proceso catequético

        Primera etapa: el anuncio de Jesucristo. Comienza cuando el niño o el adolescente se acerca a la parroquia porque manifiesta su deseo de ser cristiano. Antes de comenzar la catequesis, conviene que transcurra un breve período de evangelización o precatecumenado, es decir, de anuncio de Jesucristo para que el futuro catecúmeno comprenda que es el Señor el que lo llama a vivir como hijo de Dios. Este período puede inaugurarse con una sencilla celebración de acogida.

        19. Segunda etapa: el tiempo de catequesis. Una vez que se ha realizado la primera evangelización y cuando el niño se decide a conocer mejor a Jesucristo, se realiza el Rito de Entrada en el Catecumenado. Normalmente esta celebración se realiza al comienzo del curso de catequesis. Es importante la presencia de los padres del niño o adolescente, manifestando así su compromiso de acompañar a sus hijos acudiendo a los encuentros. Cuando se trate de niños entre 7 y 9 años, se ha de procurar ofrecerles un nivel de conocimiento del misterio de Jesucristo y de experiencia de vida cristiana semejante al exigido para participar por primera vez en la Eucaristía. La catequesis catecumenal ha de durar, al menos, los mismos años que la primera etapa de la catequesis de la comunidad cristiana. Cuando se trate de niños dentro de la infancia adulta o preadolescencia, se han de usar los catecismos y textos didácticos propios de estas edades, procurando que su estructura y metodología ofrezca un itinerario catecumenal e integrando también la preparación de la Confirmación según dictan las normas diocesanas.

        20. Tercera etapa: la elección o llamada para el Bautismo. Cuando se acerca la celebración de los sacramentos de la Iniciación Cristiana se inicia una nueva etapa en el catecumenado, denominada de la “elección” o llamada al bautismo a modo de preparación inmediata. El momento más oportuno para la entrada en esta etapa es el comienzo de la Cuaresma que antecede a la celebración de los sacramentos. Esta etapa puede inaugurarse con una celebración.

Durante esta etapa tienen lugar los escrutinios o celebraciones penitenciales de purificación del corazón y de fortalecimiento en la lucha contra el pecado. Es necesario, al menos, realizar una. A estas celebraciones debe asistir todo el grupo de catequesis, que se prepara a su vez para recibir los sacramentos de la Eucaristía y Penitencia. En el último escrutinio, se hace la unción prebautismal de los catecúmenos.

           21. Cuarta etapa: Celebración de los sacramentos de la Iniciación. Finalmente tiene lugar la celebración de los sacramentos de la Iniciación, No se puede conferir sólo el bautismo a un niño o adolescente no bautizado en edad escolar, sino que tiene que hacerse en la misma celebración en la que se le admite también a la mesa de la Eucaristía.

           22. Para los niños que están en edad de recibir la Primera Comunión se puede escoger dos maneras de hacerlo: o bien el Bautismo se confiere en la celebración en la que todo el grupo infantil participa por primera vez de la Eucaristía o bien el niño será bautizado y recibirá la Eucaristía en una celebración con este fin, asistiendo también sus compañeros, y participará después con todo el grupo en la Misa de la primera comunión.

Puesto que la celebración del sacramento de la confirmación en este caso irá separada del bautismo, se administrará, normalmente, de acuerdo con la práctica diocesana y los criterios que el obispo haya dispuesto para estos casos (no antes de los 14 años). En estas celebraciones no se usará el Ritual de Bautismo de Niños sino los criterios o itinerarios que presenta el capítulo V del Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos.

Requisitos para ser padrinos


Exigencias para padres, padrinos y comunidad cristiana.

El bautismo es el Sacramento necesario para nuestra salvación, pues Dios no nos ha revelado a los hombres otro camino de salvación que la incorporación a la Iglesia de Cristo por la fe y el Bautismo.

Los padres que piden el Bautismo para sus hijos recién nacidos, iluminados por la gracia del Espíritu Santo, están respondiendo por su fe al Evangelio de Cristo.Los niños son bautizados en la fe de la iglesia y es la comunidad cristiana que los bautiza, y dentro de ella los padres y padrinos, la que profesa la fe y se compromete a educar a los niños cuando tengan capacidad para ello en esa misma fe que ahora reciben como un don de Dios.Por eso para poder bautizar a un niño es necesario que haya suficientes garantías de que va a ser educado convenientemente en esa fe en la que ahora se le bautiza.

Exigencias y responsabilidades de los padres

1.- Los padres que deseen bautizar a sus hijos deben tomarse en serio su propia vida cristiana, puesto que los hijos son bautizados en la fe que sus padres viven en comunión con la iglesia.

2.- Han de ser garantías serias de un compromiso a educarles en la fe y en la vida cristiana, como lo manifiestan públicamente en la celebración del bautismo.Este compromiso tiene mayor seriedad que cualquier otra promesa hecha en el resto de la vida, puesto que ha sido solemnemente manifestado ante Dios y en presencia de la comunidad cristiana.

3.- La fe que se pide para el hijo en el Bautismo exige de los padres:

a) que no se haya renunciado a la fe católica.

b) que no se haya actuado con signos contrarios a esa fe en momentos claves de la vida, por ejemplo, haber elegido el matrimonio civil en lugar del matrimonio católico.

c) que se de ejemplo de una vida honrada en el trabajo, los negocios, la familia y la educación de los hijos

4.- Solicitar de la parroquia la celebración del Bautismo con suficiente antelación, al menos un mes antes, en orden a su preparación.

5.- Elegir personas cristianas ejemplares como padrinos del hijo, y que reúnan las cualidades exigidas por la iglesia para poder desempeñar dignamente su función de educadores cristianos de sus ahijados.

6.- Es necesario asistir a las Catequesis de preparación para la celebración que ofrece la parroquia.

Exigencias y misión de los padrinos

Es misión de los padrinos de bautismo procurar que sus ahijados sean educados en la fe y en la vida cristiana, ejerciendo esta tarea juntamente con sus padres.

Para ser padrino o madrina de Bautismo se requiere:

1.- Haber cumplido al menos 16 años de edad.

2.- Haber recibido el Sacramento de la Confirmación.

3.- Llevar una vida congruente con la fe y la misión que se va a asumir.

a) no haber renunciado a su fe católica.

b) si se es casado, haber recibido el sacramento del Matrimonio, (casado por la Iglesia, no sólo por lo civil, o simplemente unidos de mutuo acuerdo).

c) ser cristiano practicante.

d) dar ejemplo de una vida honrada en su trabajo, o negocio, en la familia, etc.

4.- Asistir a las Catequesis de preparación del bautismo que ofrece la Parroquia.

Los efectos que produce el bautismo son:

perdona el pecado original, y cualquier otro pecado, con las penas debidas por ellas.

Imprime en el alma el carácter sacramental que nos hace cristianos para siempre.

Nos incorpora a la Iglesia.

El Bautismo no es un acto aislado en el tiempo.

Ser bautizado supone estar acogiendo y viviendo el Evangelio a lo largo de toda la vida.

El lugar de la celebración del Bautismo normalmente ha de ser la comunidad cristiana o Parroquia donde los padres viven y celebran su fe cristiana, y que les va a ayudar con su presencia y apoyo en el proceso de la educación en la Fe que ahora se le da.Cuando por alguna razón grave se quiere bautizar en otra parroquia distinta, es necesario el permiso escrito del párroco propio.

El momento propio del bautismo es la celebración dominical, por ser el día en que la comunidad cristiana se reúne para celebrar su fe cristiana en la Eucaristía.

El día de la Resurrección del Señor y los domingos de Pascua son tiempo de especial significación para la celebración del bautismo, que es incorporación al Misterio Pascual de Cristo.Por ello no es aconsejable, salvo caso de necesidad, su administración durante la Cuaresma.

Al pedir el Bautismo para vuestro hijo, ¿sabéis que os obligáis a educarlos en la fe, para que estos niños, guardando los mandamientos, amen al Señor y al prójimo, como Cristo nos enseña en el Evangelio?