26 Domingo -Tiempo Ordinario -A

Con su predicación sobre el Reino de Dios, Jesús se opone a una religiosidad que no involucra la vida humana, que no interpela la conciencia y su responsabilidad frente al bien y al mal. Lo demuestra también con la parábola de los dos hijos, que es propuesta en el Evangelio de Mateo (cfr. 21, 28-32). A la invitación del padre de ir a trabajar a la viña, el primer hijo responde impulsivamente “no, no voy”, pero después se arrepiente y va; sin embargo el segundo hijo, que enseguida responde “sí, sí papá”, en realidad no lo hace, no va. La obediencia no consiste en decir “sí” o “no”, sino siempre en actuar, en cultivar la viña, en realizar el Reino de Dios, en hacer el bien. Con este sencillo ejemplo, Jesús quiere superar una religión entendida solo como práctica exterior y rutinaria, que no incide en la vida y en las actitudes de las personas, una religiosidad superficial, solamente “ritual”, en el mal sentido de la palabra.

Los exponentes de esta religiosidad “de fachada”, que Jesús desaprueba, eran en aquella época «los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo» (Mt 21, 23), los cuales, según la admonición del Señor, en el Reino de Dios serán superados por los publicanos y las rameras (cfr. v. 31). Jesús les dice: “Los publicanos, es decir los pecadores, y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios”. Esta afirmación no debe inducir a pensar que hacen bien los que no siguen los mandamientos de Dios, los que no siguen la moral, y dicen: “Al fin y al cabo, ¡los que van a la Iglesia son peor que nosotros!”. No, esta no es la enseñanza de Jesús. Jesús no señala a los publicanos y las prostitutas como modelos de vida, sino como “privilegiados de la Gracia”. Y quisiera subrayar esta palabra “gracia”, la gracia, porque la conversión siempre es una gracia. Una gracia que Dios ofrece a todo aquel que se abre y se convierte a Él. De hecho, estas personas, escuchando su predicación, se arrepintieron y cambiaron de vida. Pensemos en Mateo, por ejemplo, San Mateo, que era un publicano, un traidor a su patria…

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Horario de Misas los domingos


Horario de Misas de  Domingo, del 10 de septiembre al 15 de octubre
(ambos incluidos)

En el Carmen:  10,00 h.
En San Nicolás el Real: 12:00 h. – 19:30 h. – 21:00 h.    

 

Ya puedes inscribir a tus hijos en catequesis- curso 2023-2024

Fincurso

Ya podéis hacernos llegar la ficha de inscripción para el nuevo curso de catequesis 2023-2024 (junto al documento de consentimiento de datos de carácter personal que figura al final de la ficha) ENVIÁNDOLA AL MAIL habitual de CATEQUESIS. 

Los niños/as de nueva inscripción en esta parroquia deberán entregar la ficha (junto al documento de consentimiento de datos de carácter personal) PERSONALMENTE A LOS PÁRROCOS, DESPUÉS DE LAS MISAS DE 12:00 h. o de  19:30 h. 

FICHA INSCRIPCIÓN CATEQUESIS COMUNIÓN Y POSTCOMUNIÓN

Y si ya has recibido la Primera Comunión, además de venir a catequesis, puedes colaborar como monaguillo.
monaguillos anagrama 1

Solemne Novena a Ntra. Sra. Virgen de la Soledad – 2023

Del 22 de septiembre al 1 de octubre,  a las 19:00 h.
  Rosario, Novena y a continuación Eucaristía 

Sábado, 30 de octubre, a las 20:00 h.
Oración a la Virgen

Domingo, 1 de octubre, a las 12,00 h.
 Misa Solemne
(Cantada por el coro «El Carmen de Guadalajara»)

Lunes, 2 de octubre, a las 19,30 h.
Misa por los hermanos difuntos de la Hermandad de la Soledad

AQUÍ PUEDES CONSULTAR EL TRIPTICO NOVENA 2023

Domingo 25º Tiempo Ordinario A

parábola viñador

La página del Evangelio de hoy (cfr. Mt 20,1-16) narra la parábola de los trabajadores llamados a jornal por el dueño de una viña. A través de esta historia, Jesús nos muestra el sorprendente modo de actuar de Dios, representado en dos actitudes del dueño: la llamada y la recompensa.

En primer lugar, la llamada. El dueño de la viña sale en cinco ocasiones a la plaza y llama a trabajar para él: a las seis, a las nueve, a las doce, a las tres y a las cinco de la tarde. Es conmovedora la imagen de este dueño que sale varias veces a la plaza a buscar trabajadores para su viña. Ese dueño representa a Dios, que llama a todos y llama siempre, a cualquier hora. Dios actúa así también hoy: nos sigue llamando a cada uno, a cualquier hora, para invitarnos a trabajar en su Reino. Este es el estilo de Dios, que hemos de aceptar e imitar. Él no está encerrado en su mundo, sino que “sale”: Dios siempre está en salida, buscándonos; no está encerrado. Dios sale, sale continuamente a la búsqueda de las personas, porque quiere que nadie quede excluido de su plan de amor.

También nuestras comunidades están llamadas a salir de los varios tipos de “fronteras”, que pueden existir, para ofrecer a todos la palabra de salvación que Jesús vino a traer. Se trata de abrirse a horizontes de vida que ofrezcan esperanza a cuantos viven en las periferias existenciales y aún no han experimentado, o han perdido, la fuerza y la luz del encuentro con Cristo. La Iglesia debe ser como Dios: siempre en salida; y cuando la Iglesia no sale, se pone enferma de tantos males que tenemos en la Iglesia. ¿Por qué estas enfermedades en la Iglesia? Porque no sale. Es cierto que cuando uno sale existe el peligro de que tenga un accidente. Pero es mejor una Iglesia accidentada por salir, por anunciar el Evangelio, que una Iglesia enferma por estar encerrada. Dios sale siempre, porque es Padre, porque ama. La Iglesia debe hacer lo mismo: siempre en salida.

La segunda actitud del dueño, que representa la de Dios, es su modo de recompensar a los trabajadores: ¿cómo paga Dios? El dueño se pone de acuerdo con los primeros obreros, contratados por la mañana, para pagarles «un denario» (v. 2). En cambio, a los que llegan a continuación les dice: «Os daré lo que sea justo» (v. 4). Al final de la jornada, el dueño de la viña ordena que a todos les sea dada la misma paga, es decir, un denario. Quienes han trabajado desde la mañana temprano se indignan y se quejan del dueño, pero él insiste: quiere dar el máximo de la recompensa a todos, incluso a quienes llegaron los últimos (vv. 8-15). Dios siempre paga el máximo. No se queda a mitad del pago. Paga todo.Y aquí se comprende que Jesús no está hablando del trabajo y del salario justo, que es otro problema, sino del Reino de Dios y de la bondad del Padre celestial que sale continuamente a invitar y paga el máximo salario a todos…

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24º Domingo Tiempo Ordinario – Ciclo A

El pasaje del Evangelio de este domingo (Mt 18.21 a 35) nos da una enseñanza sobre el perdón, que no niega el agravio sufrido, sino que reconoce que el ser humano, creado a imagen de Dios, es siempre más grande que el mal que comete. San Pedro le pregunta a Jesús: «Señor, ¿cuántas veces tengo […]

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