Solemnidad de la Santísima Trinidad – Domingo 9º de Tiempo Ordinario -A

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 La solemnidad de la Santísima Trinidad presenta a nuestra contemplación y adoración la vida divina del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: una vida de comunión y de amor perfecto, origen y meta de todo el universo y de toda criatura ¡Dios! En la Trinidad reconocemos también el modelo de la Iglesia, en la que estamos llamados a amarnos como Jesús nos ha amado. Y el amor es señal concreta que manifiesta la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y el amor es el distintivo del cristiano, como nos ha dicho Jesús: «En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros» (Jn 13,35). Es una contradicción pensar en cristianos que se odian ¡Es una contradicción! Y esto es lo que busca siempre el diablo: hacer que nos odiemos, porque él siembra la cizaña del odio; él no conoce el amor: ¡el amor está en Dios!

Todos estamos llamados a testimoniar y a anunciar el mensaje que “Dios es amor”, que Dios no es lejano o insensible a nuestras vicisitudes humanas. Él nos es cercano, está siempre a nuestro lado, camina con nosotros para compartir nuestras alegrías y nuestros dolores, nuestras esperanzas y nuestras fatigas. Nos ama tanto y de tal manera que se ha hecho Hombre, ha venido al mundo no para juzgarlo sino para que el mundo se salve por medio de Jesús (cfr Jn 3,16-17). Y éste es el amor de Dios en Jesús. Este amor que es tan difícil de entender, pero que sentimos cuando nos acercamos a Jesús. Y Él nos perdona siempre; Él nos espera siempre, ¡Él nos ama tanto! Y el amor de Jesús que sentimos ¡es el amor de Dios!

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Pedro de Andrés celebra su primera misa en San Nicolás el Real

 

Hoy domingo, 28 de mayo, Solemnidad de Pentecostés, Pedro de Andrés Leo, feligrés de nuestra parroquia, ordenado recientemente sacerdote, celebró misa en San Nicolás el Real.

En la Eucaristía de Acción de Gracias, además de nuestros párrocos, D. Juan José y D. Juan Antonio, concelebraron D. Jesús Ochayta y D. Rafael Iruela, contando con numerosa asistencia de la comunidad parroquial, que quiso acompañar con su oración a Pedro en una ocasión tan especial.

El centro de la celebración fue la GRATITUD al Señor: agradecimiento por el don del Espíritu Santo, que nos mantiene e impulsa a pesar de nuestras debilidades y en los problemas de cada día; por el regalo de la vocación sacerdotal; por los sacerdotes que a lo largo de nuestra vida y desde nuestro bautismo nos acompañan con su testimonio; por los catequistas que participan en nuestra iniciación cristiana…

Al término de la misa, sacerdotes, acólitos y fieles nos acercamos a besar las manos del recién ordenado sacerdote, manos consagradas, haciendo llegar tanto a él como a sus padres, nuestro cariño y alegría por su ordenación.

Después de la Eucaristía, se tuvo un rato de convivencia, compartiendo un refresco y se le entregó un regalo de parte de todos los que formamos la comunidad parroquial.

Damos gracias a Dios con él y con su familia, y pedimos por la fidelidad y el fruto pastoral del ministerio recibido.

 

Primeras Comuniones en nuestra parroquia

 
El domingo 21  de mayo, Solemnidad de la Ascensión del Señor, Pablo, Leo, Julián, Saúl, Carmen, Nicolás de Dios, Brianda de las Heras, Juan-Pablo, Gustavo, Judith, Marcos, Brianda Hidalgo, Ester, Laura, Alejandro, Milane, Diego, Nazaret, Thais, Carlos, Sofía y Nicolás Urrea han recibido la Primera Comunión en nuestra parroquia. 
¡Enhorabuena!
Que vuestra amistad con Jesús crezca cada día. Permaneced siempre unidos a Él y a la Iglesia, y seréis felices.

No faltéis cada domingo a encontraros con Jesús en la Eucaristía.    

 

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«La Primera Comunión es ante todo una fiesta en la que celebramos que Jesús quiso quedarse siempre a nuestro lado y que nunca se separará de nosotros. Una fiesta que ha sido posible gracias a nuestros padres, nuestros abuelos, nuestras familias, nuestras comunidades que nos han ayudado a crecer en la fe.
 

Hoy nos permitís estar nuevamente de fiesta y celebrar que Jesús está presente en el Pan de Vida. Porque hay milagros que sólo pueden ocurrir si tenemos un corazón como el vuestro, capaz de compartir, soñar, agradecer, confiar y honrar a los demás. Hacer la Primera Comunión significa querer estar cada día más unidos a Jesús, crecer en amistad con Él y que otros también puedan disfrutar de la alegría que nos quiere regalar. El Señor os necesita para poder realizar el milagro de que su alegría llegue a muchos de vuestros familiares y amigos.

Deseo animaros a rezar siempre con el entusiasmo y la alegría que tenéis hoy. Recordad que este es el sacramento de la Primera Comunión y no de la última Comunión. Hoy acordaos que Jesús os espera siempre. Por eso, os deseo que hoy sea el inicio de muchas comuniones, para que vuestro corazón esté siempre como hoy, en clima de fiesta, lleno de alegría y, sobre todo, de gratitud»Santo Padre Francisco

32 Domingo del Tiempo Ordinario B

 ¿Qué te mueve cuando haces algo por los demás: el aplauso, tranquilizar tu conciencia o por el contrario intentas dar-darte  en las situaciones que se presentan cada día con sencillez y sin ruido ?

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El episodio del Evangelio de este domingo se compone de dos partes: en una se describe cómo no deben ser los seguidores de Cristo; en la otra, se propone un ideal ejemplar de cristiano.
 
Comencemos por la primera, qué cosa no tenemos que hacer: en la primera parte, Jesús adeuda a los escribas, maestros de la ley, tres defectos que se manifiestan en su estilo de vida: soberbia, avidez e hipocresía. A ellos «les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes» (Mc 12,38-39). Pero, bajo apariencias tan solemnes, se esconden falsedad e injusticia. Mientras se pavonean en público, usan su autoridad – así dice Jesús – para «devorar los bienes de las viudas» (cfr v 40), a las que se consideraba, junto con los huérfanos y los extranjeros, como a las personas más indefensas y desamparadas. En fin, los escribas – dice Jesús –  «fingen hacer largas oraciones» (v 40).
 
También hoy existe el riesgo de asumir estas conductas. Por ejemplo, cuando se separa la oración de la justicia, porque no se puede rendir culto a Dios y causar daño a los pobres. O cuando se dice que se ama a Dios y, sin embargo, se antepone a Él la propia vanagloria, el propio provecho… 

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Campaña personas sin Hogar -domingo, 31 de octubre de 2021

“Digamos basta. Nadie Sin Hogar”.

El día de las personas en situación de sin hogar se celebra el último domingo de octubre, este año será el día 31. Y lo hacemos manteniendo nuestra interpelación a toda la sociedad, modificando el lema que venimos incorporando en las últimas campañas para hablar en plural, interpelándonos como sociedad: “Digamos basta. Nadie Sin Hogar”…

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31 domingo del Tiempo Ordinario – B

 
anagrama misa de las familias
 
Monición de entrada:
Seguro que alguna vez habéis hecho un regalo a vuestros padres, abuelos o a alguien a quien queréis mucho para demostrarle vuestro cariño, y para decirle que les estáis agradecidos por las cosas que han hecho por vosotros. Nadie nos puede obligar a querer ni a regalar: lo hacemos porque nos sale de dentro. Pero el regalo que más les gusta a las personas que nos quieren de verdad es que nos comportemos bien. Este es el tema de nuestra Eucaristía: el amor que Dios nos tiene y cómo podemos responder a ese amor, cuál es el regalo que a Dios le gusta que le hagamos…

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31 domingo del Tiempo Ordinario -B

¿Cuánto amas tú?
«El amor es la medida de la fe. ¿Cuánto amas tú? Y cada uno se da la respuesta.
¿Cómo es tu fe? Mi fe es como yo amo. 
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El Evangelio de hoy nos recuerda que toda la Ley divina se resume en el amor a Dios y al prójimo. Un escriba se acercó a Jesús y le hizo esta pregunta: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?». Jesús, citando el libro del Deuteronomio, le dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este mandamiento es el principal y primero» Y hubiese podido detenerse aquí. En cambio, Jesús añadió algo que no le había preguntado el doctor de la ley. Dijo: «El segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Tampoco este segundo mandamiento Jesús lo inventa, sino que lo toma del libro del Levítico. Su novedad consiste precisamente en poner juntos estos dos mandamientos —el amor a Dios y el amor al prójimo— revelando que ellos son inseparables y complementarios, son las dos caras de una misma medalla. No se puede amar a Dios sin amar al prójimo y no se puede amar al prójimo sin amar a Dios. El Papa Benedicto nos dejó un bellísimo comentario al respecto en su primera encíclica Deus caritas est, (nn. 16-18)… 

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