En este cuarto y último domingo de Adviento, el Evangelio nos propone una vez más la historia de la Anunciación. «Alégrate- dice el ángel a María- concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús» (Lc 1, 28. 31). Parece un anuncio de alegría pura, destinado a hacer […]
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El domingo, 3 de diciembre, comienza el Adviento que es tiempo de espera para recibir al Niño Jesús.
Durante los cuatro domingos que preceden a la Navidad, vamos a preparar una cuna para el Hijo de Dios. En cada Eucaristía de las familias, iremos depositando en ella nuestros buenos propósitos que irán haciendo de nuestro corazón una “cuna” para cobijar al Niño Jesús.
En este primer domingo de Adviento, ya tenemos un acogedor colchón de buenas obras de Amor que llenarán de alegría a Jesús.
«Este año, en Adviento, construiremos una brújula. Cada domingo, un punto cardinal para dejar que el Evangelio oriente nuestra vida y nos lleve a Jesús, que nos da un precioso horizonte y llena de sentido la vida». (dibujos de Fano) Monición de entrada: La Navidad está cerca. Por todas partes notamos esa cercanía. Nosotros vivimos este […]
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La invitación a la alegría es característica del tiempo de Adviento: la espera del nacimiento de Jesús, la espera que vivimos es alegre, un poco como cuando esperamos la visita de una persona a la que queremos mucho, por ejemplo un amigo al que no vemos desde hace tiempo, un pariente… Estamos en una espera […]
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«Este año, en Adviento, construiremos una brújula. Cada domingo, un punto cardinal para dejar que el Evangelio oriente nuestra vida y nos lleve a Jesús, que nos da un precioso horizonte y llena de sentido la vida». (dibujos de Fano) Monición de entrada: Adviento, como todos sabemos, quiere decir que el Señor va a venir. Y […]
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El domingo pasado empezamos el Adviento con la invitación a vigilar; hoy, segundo domingo de este tiempo de preparación a la Navidad, la liturgia nos indica los contenidos propios: es un tiempo para reconocer los vacíos para colmar en nuestra vida, para allanar las asperezas del orgullo y dejar espacio a Jesús que viene. […]
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