Nos encontramos todos los domingos para celebrar la Eucaristía de las Familias

Nos reunimos los domingo para celebrar la Eucaristía de las Familias, a las 13,00 h. 

Os animamos a venir en familia y  participar leyendo, cantando (podéis participar más activamente en el coro con vuestra voz o con algún instrumento !!!) o ayudando como monaguillos (los que ya han hecho la Primera Comunión).

¡¡  Jesús te espera, no faltes !!    

Domingo 33 de Tiempo Ordinario – Ciclo C-

El Evangelio de este domingo (Lc 21, 5-19) consiste en la primera parte de un discurso de Jesús: sobre los últimos tiempos. Jesús lo pronuncia en Jerusalén, en las inmediaciones del templo; y la ocasión se la dio precisamente la gente que hablaba del templo y de su belleza. Porque era hermoso ese templo. Entonces Jesús dijo: «Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida» (Lc 21, 6). Naturalmente le preguntan: ¿cuándo va a ser eso?, ¿cuáles serán las señales? Pero Jesús desplaza la atención de estos aspectos secundarios —¿cuándo será? ¿cómo será?—, la desplaza a las verdaderas cuestiones. Y son dos. Primero: no dejarse engañar por los falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Y nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera de la venida del Señor.
Este discurso de Jesús es siempre actual, también para nosotros que vivimos en el siglo XXI. Él nos repite: «Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre» (v. 8). Es una invitación al discernimiento, esta virtud cristiana de comprender dónde está el espíritu del Señor y dónde está el espíritu maligno. También hoy, en efecto, existen falsos «salvadores», que buscan sustituir a Jesús: líder de este mundo, santones, incluso brujos, personalidades que quieren atraer a sí las mentes y los corazones, especialmente de los jóvenes. Jesús nos alerta: «¡No vayáis tras ellos!». «¡No vayáis tras ellos!».
 
El Señor nos ayuda incluso a no tener miedo: ante las guerras, las revoluciones, pero también ante las calamidades naturales, las epidemias, Jesús nos libera del fatalismo y de falsas visiones apocalípticas.
 
El segundo aspecto nos interpela precisamente como cristianos y como Iglesia: Jesús anuncia pruebas dolorosas y persecuciones que sus discípulos deberán sufrir, por su causa. Pero asegura: «Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá» (v. 18). Nos recuerda que estamos totalmente en las manos de Dios. Las adversidades que encontramos por nuestra fe y nuestra adhesión al Evangelio son ocasiones de testimonio; no deben alejarnos del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más a Él, a la fuerza de su Espíritu y de su gracia.
 
En este momento pienso, y pensamos todos. Hagámoslo juntos: pensemos en los muchos hermanos y hermanas cristianos que sufren persecuciones a causa de su fe. Son muchos. Tal vez muchos más que en los primeros siglos. Jesús está con ellos. También nosotros estamos unidos a ellos con nuestra oración y nuestro afecto; tenemos admiración por su valentía y su testimonio. Son nuestros hermanos y hermanas, que en muchas partes del mundo sufren a causa de ser fieles a Jesucristo. Les saludamos de corazón y con afecto.
 
Al final, Jesús hace una promesa que es garantía de victoria: «Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas» (v. 19). ¡Cuánta esperanza en estas palabras! Son una llamada a la esperanza y a la paciencia, a saber esperar los frutos seguros de la salvación, confiando en el sentido profundo de la vida y de la historia: las pruebas y las dificultades forman parte de un designio más grande; el Señor, dueño de la historia, conduce todo a su realización. A pesar de los desórdenes y los desastres que agitan el mundo, el designio de bondad y de misericordia de Dios se cumplirá. Y ésta es nuestra esperanza: andar así, por este camino, en el designio de Dios que se realizará. Es nuestra esperanza.
 
Este mensaje de Jesús nos hace reflexionar sobre nuestro presente y nos da la fuerza para afrontarlo con valentía y esperanza, en compañía de la Virgen, que siempre camina con nosotros.
Santo Padre Francisco
Ángelus, 17 de noviembre de 2013
Fuente: vatican.va 

Jornada Mundial de los Pobres – domingo, 16 de noviembre de 2025

«Tú, Señor, eres mi esperanza» (cf. Sal 71, 5).

AQUÍ PUEDES ENCONTRAR MATERIALES PARA LA JORNADA

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Carta de nuestro obispo

Queridos hermanos en el Señor:

Os deseo gracia y paz.

El domingo 16 de noviembre celebramos la IX Jornada Mundial de los Pobres, cuyo lema es: “Tú, Señor, eres mi esperanza”, tomado del salmo 71(70),5.

Ocho frases significativas del mensaje de León XIV nos ayudan a reflexionar:

1) “En medio de las pruebas de la vida, la esperanza se anima con la certeza f irme y alentadora del amor de Dios, derramado en los corazones por el Espíritu Santo” (n. 1).

2) “El pobre puede convertirse en testigo de una esperanza fuerte y fiable, precisamente porque la profesa en una condición de vida precaria, marcada por privaciones, fragilidad y marginación. No confía en las seguridades del poder o del tener; al contrario, las sufre y con frecuencia es víctima de ellas. Su esperanza sólo puede reposar en otro lugar. Reconociendo que Dios es nuestra primera y única esperanza, nosotros también realizamos el paso de las esperanzas efímeras a la esperanza duradera.” (n. 2).

3) “La pobreza más grave es no conocer a Dios. Así nos lo recordaba el papa Francisco cuando en Evangelii gaudium escribía: «La peor discriminación que sufren los pobres es la falta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe» (EG 200)” (n. 3).

4) “La esperanza cristiana, a la que remite la Palabra de Dios, es certeza en el camino de la vida, porque no depende de la fuerza humana sino de la promesa de Dios, que es siempre fiel” (n. 4).

5) “La invitación bíblica a la esperanza conlleva, (…), el deber de asumir responsabilidades coherentes en la historia, sin dilaciones. La caridad, en efecto, «representa el mayor mandamiento social» (Catecismo de la Iglesia Católica, 1889)” (n. 5).

6) “Los pobres no son objetos de nuestra pastoral, sino sujetos creativos que nos estimulan a encontrar siempre formas nuevas de vivir el Evangelio hoy. Ante la sucesión de nuevas oleadas de empobrecimiento, existe el riesgo de acostumbrarse y resignarse” (n. 6).

7) “El trabajo, la educación, la vivienda y la salud son las condiciones para una seguridad que nunca se logrará con las armas” (n. 6). 8) “Confiemos en María Santísima, Consuelo de los afligidos, y con ella entonemos un canto de esperanza” (n. 6).

Recibid mi cordial saludo y mi bendición.

+ Julián Ruiz Martorell
Obispo de Sigüenza-Guadalajara

Novena en honor de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa

Novena del 19 al 27 de noviembre, después de la Eucaristía de las 12:00 h.

¡Oh María sin pecado concebida!, 

rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

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Aparición de la Virgen María a Santa Catalina Laboure, el 27 de noviembre del 1830 y la medalla milagrosa.
 La tarde el 27 de Nov. de 1830, sábado víspera del primer domingo de Adviento, en la capilla, estaba Sor Catalina haciendo su meditación, cuando le pareció oír el roce de un traje de seda que le hace recordar la aparición anterior.
Aparece la Virgen Santísima, vestida de blanco con mangas largas y túnica cerrada hasta el cuello. Cubría su cabeza un velo blanco que sin ocultar su figura caía por ambos lados hasta los pies. Cuando quiso describir su rostro solo acertó a decir que era la Virgen María en su mayor belleza.
Sus pies posaban sobre un globo blanco, del que únicamente se veía la parte superior, y aplastaban una serpiente verde con pintas amarillas. Sus manos elevadas a la altura del corazón sostenían otro globo pequeño de oro, coronado por una crucecita.
La Stma. Virgen mantenía una actitud suplicante, como ofreciendo el globo. A veces miraba al cielo y a veces a la tierra. De pronto sus dedos se llenaron de anillos adornados con piedras preciosas que brillaban y derramaban su luz en todas direcciones, circundándola en este momento de tal claridad, que no era posible verla.
Tenia tres anillos en cada dedo; el mas grueso junto a la mano; uno de tamaño mediano en el medio, y no mas pequeño, en la extremidad. De las piedras preciosas de los anillos salían los rayos, que se alargaban hacia abajo; llenaban toda la parte baja…

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8 de noviembre de 2025 – Encuentro Arciprestal 2025 – Domingo, 9 de noviembre será el Día del Arciprestazgo

Con  el lema “-¿Quién eres? -Soy Jesús”, discurrirá el Encuentro Arciprestal, durante la mañana, desde las 10:00 hasta las 14:30 horas, en el Colegio Niña María de Adoratrices.   HORARIO DEL ENCUENTRO 10.00 h: Acogida y entrega de materiales 10.15 h: Oración inicial 10.30 h: Evaluación de la programación 2024-25(Arcipreste),               Génesis y camino del Plan […]

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cementerio 2

Conmemoración de todos los fieles difuntos -2 de noviembre

Nos hemos reunido en este lugar para celebrar la conmemoración de todos los fieles difuntos, en particular de los que están sepultados aquí y, con especial afecto, de nuestros seres queridos. En el día de la muerte ellos nos han dejado, pero los llevamos siempre con nosotros en la memoria del corazón. Y cada día, […]

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