Ntra. Sra. la Virgen de la Salud BARBATONA
El culto a la Virgen de la Salud de Barbatona data, al menos, desde antes de 1734, según consta documentalmente. Es entonces cuando un grupo de devotos seguntinos desean fomentar organizadamente su amor, culto y devoción a la Virgen de la Salud de Barbatona, siendo creada la Cofradía, aprobados sus primeros estatutos y nombrado su primer abad. En 1987 y a fin de adecuarse al Código de Derecho Canónico de 1983, el entonces obispo de la diócesis, monseñor. Jesús Pla Gandía, renovó los Estatutos, actualmente en vigor.
Estos datos, documentalmente contrastados, no responden, sin embargo, a la antigüedad exacta en el culto y devoción a la Virgen de la Salud, cuya imagen podría datar de finales del siglo XII, época en la que ya existía en Barbatona una Iglesia, que habría de albergar dicha imagen mariana. Su fiesta ha sido siempre el domingo siguiente a la Natividad de María. A partir del siglo XVIII, se intensifican el novenario previo y las romerías. Y quizás se cambia el nombre de la advocación que, originariamente, pudo ser el de Virgen de los Remedios o del Remedio, como ha demostrado el trabajo histórico complementario a la restauración de la imagen de la Virgen, realizado este invierno.
En cualquiera de los casos, es a partir de la citada fecha de 1734 cuando el culto a la Virgen de la Salud de Barbatona se institucionaliza y populariza. Poco después, en 1739, se pide permiso para construir un santuario específico para la Virgen, que es sufragado en colecta por todas las parroquias de la diócesis. En 1755, acabado ya el nuevo Santuario, se trasladó a él la imagen bendita de la Virgen de la Salud. El Santuario experimentaría a lo largo del siglo XIX distintas reformas, mejoras y ampliaciones.
En el año 1765, la Cofradía, que tradicionalmente tiene restringido el número de sus miembros a 24 laicos varones y 12 sacerdotes, adquirió junto al Santuario una casa para sus reuniones y encuentros, llamada la Casa de la Virgen, que recientemente ha sido totalmente renovada, y la casa para el sacerdote y el sacristán.
En el año 1881, con el fin de atender a los peregrinos que llegaban al Santuario en cabalgaduras, se hizo un albergue para las animales y en 1925, otro para las personas. En la actualidad, ambos albergues se han unificado en instalaciones para actividades pastorales.
Otros datos históricos
Desde 1734, la Cofradía de la Virgen de la Salud de Barbatona ha tenido diecinueve abades. Uno de ellos, Raimundo Andrés Relaño, ocupó el cargo durante cuarenta y cuatro años, entre 1915 y 1959. Desde 1994 es Abad de la Cofradía y Rector del Santuario Félix Ochayta Piñeiro, a su vez, canónigo magistral de la Catedral seguntina.
En dos ocasiones la venerada y milagrosa imagen de la Virgen de la Salud ha sido trasladada procesionalmente a la Catedral de Sigüenza para impetrar alguna gracia especial: en 1833 ante el peligro del cólera; en 1897, ante una pertinaz sequía. En 1950 y 1981, en ambos casos pidiendo la lluvia, se organizaron desde Sigüenza, vía el pinar, sendas peregrinaciones extraordinarias hasta el Barbatona, presididas por los Obispos de entonces.
Entre el 30 de agosto y el 10 de septiembre de 1955 la imagen de la Virgen de la Salud es entronizada en la Catedral seguntina para proceder a los actos de culto para su coronación canónica, que tiene lugar en la Alameda el día 8 de ese mismo mes. Presidió los actos el entonces Nuncio Apostólico en España, acompañado de otros seis Obispos.
Las Marchas a Barbatona en mayo
El 12 de mayo de 1965, segundo domingo de mayo, tiene lugar la primera Marcha diocesana a su Santuario. A partir de entonces quedará establecido en esta fecha variable, el segundo domingo de mayo como día de esta concentración y peregrinación mariana de toda la diócesis, que suele reunir, a lo largo de toda la jornada, un número de fieles entre quince mil y veinte mil. Aquella primera marcha se celebraba para dar gracias a Dios por la proclamación de la Virgen María como Madre de la Iglesia, declaración realizada por el Concilio Vaticano II. El entonces obispo de Sigüenza, monseñor Laureano Castán Lacoma, había sido uno de los padres conciliares que había solicitado dicha declaración.
Ante el éxito de esta convocatoria, las Marchas diocesanas a Barbatona quedaron institucionalizadas para fomentar el culto a la Virgen, revitalizar la vida y praxis cristiana y sacramental y para promover la unidad y comunión de todos los pueblos y personas de la diócesis, que en 1955 había experimentado cambio de límites geográficos, que se hacían coincidir con los de la provincia de Guadalajara.
Las Marchas cuentan cada año con un lema e intención general y distintas parroquias e instituciones diocesanas realizan las ofrendas de la Misa y reciben el cirio votivo del Santuario. A lo largo de estos más de cuarenta años los lemas e intenciones han sido muy variados: los sacerdotes, el mundo rural, los jóvenes, los niños, los ancianos, las familias, las vocaciones, el Papa, el obispo, Europa, América Latina, la paz y la reconciliación, los emigrantes, los enfermos… También han estado en ellas muy presentes los distintos acontecimientos eclesiales como los Años Jubilares, los viajes del Papa a España…