5 de marzo de 2017
“Vayan, sin miedo, para servir”
(Francisco. JMJ Río 2013)
La Conferencia Episcopal Española estableció en el año 1959 que el primer domingo de marzo, en el umbral de la Cuaresma, se dedicara al reconocimiento de la vinculación evangelizadora que une a las Iglesias de España con las que peregrinan en América. Desde entonces, en estos 58 años, se tiene la oportunidad de dar gracias a Dios al comprobar que la fe recibida se ha difundido como la luz del Evangelio en el otro continente. De hecho más del 70% de los misioneros españoles están cooperando como evangelizadores en aquellas Iglesias…
Esta Jornada misionera es una nueva oportunidad para descubrir que también los presbíteros diocesanos, como cualquier otro fiel, puede recibir de Dios el don de la vocación misionera. De hecho así está sucediendo al comprobar que cerca de un millar de sacerdotes diocesanos están insertos en otros presbiterios, sin perder la incardinación en su diócesis de origen. Ellos son también la expresión de la dimensión universal de la Iglesia particular.
Con este motivo la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias, por en cargo de la Asamblea Plenaria, llama al corazón de tantos sacerdotes diocesanos para responder positivamente a la posible llamada de Dios…
Cartel
UDos imágenes atraen nuestra mirada: Francisco con la mano extendida y con la mirada que penetra el corazón, y cinco rostros con los colores de la bandera de sus respectivos países americanos. La mirada del Papa y la sonrisa de los jóvenes nos sitúan en la LXVIII celebración del Día de Hispanoamérica (5 de marzo de 2017).
Lema
El 28 de julio de 2013 el Papa Francisco en la clausura de la Jornada Mundial de la Juventud exhortó a los jóvenes al compromiso misionero, con estas palabras:
Vayan: Es el mandato misionero de Jesús que nace de la fuerza del amor y se dirige a todos. Mandato que ha resonado en el corazón de tantos misioneros españoles que partieron a América para anunciar el Evangelio.
Sin miedo: La evocación de las limitaciones personales puede ser una coartada para enmascarar un egoísmo paralizante. “Yo estoy contigo”, asegura Dios a quienes envía a la misión. Jesús se hace presente en los misioneros que parten para la misión en compañía de toda la Iglesia. Acompañamiento que la Iglesia ofrece a los sacerdotes misioneros diocesanos a través de la OCSHA.
Para servir: La vida del misionero es una vida entregada para los demás. Una vida de servicio. En este servicio evangelizador han entregado su vida los más de 2.300 sacerdotes diocesanos que, acogidos al servicio de la OCSHA, cooperan con la evangelización en América. La puerta de salida sigue abierta para ir a las periferias existenciales de este continente.
Objetivos
Dar gracias a Dios por el envío de tantos misioneros españoles que están gastando su vida en América Latina donde ya viven el 50% de los católicos del mundo.
Tomar conciencia de que el mandato misionero es para todos sin excepción y que el don de la fe sólo se fortalece cuando se transmite a quienes aún no conocen el Evangelio.
Recordar a los misioneros españoles que permanecen en la misión en el continente americano, y colaborar con ellos a través de la oración y de la ayuda económica.
Acoger con gratitud, en nuestras comunidades eclesiales, a quienes llegan procedentes de otros países, ya sean laicos, familias, religiosos y religiosas, o sacerdotes.
La responsabilidad de esta Jornada misionera recae en la Obra de Cooperación Sacerdotal HispanoAmericana (OCSHA) que es la asociación española que acoge a los sacerdotes seculares que trabajan en el Continente Americano si así lo quieren.
Fuente: www.omp.es