Monición de entrada:
Queridos amigos: Cuando hablamos con una persona nos agrada mirar su rostro. Nuestra madre, nuestro padre…, cuando nos hablan nos miran con el rostro feliz. Y nosotros estamos contentos.
Hoy, segundo domingo de cuaresma, Dios nos dice: «Buscad mi rostro». Y nosotros sabemos que el rostro de Dios es Jesucristo. Por eso hemos venido a estar con él, a mirarlo…
Primera Lectura: (Gen 22,1-18)
Abrahán estaba dispuesto a hacer lo que Dios le pidiera por mucho que le costara aunque fuera sacrificar a su propio hijo. Pero eso no lo quería Dios.
Abrahán estaba dispuesto a hacer lo que Dios le pidiera por mucho que le costara aunque fuera sacrificar a su propio hijo. Pero eso no lo quería Dios.
Salmo responsorial 115: «Caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida»
Segunda lectura: Rom 8,31-34
El apóstol San Pablo también utiliza una imagen (la entrega de su Hijo) para expresar que Dios Padre nos ama infinitamente, y que Jesús fue fiel a su mensaje hasta entregar su vida.
Evangelio: Mac 9,1-9
El Evangelio de hoy nos va a descubrir quién es realmente Jesús. No es hombre cualquiera. Es Dios.
El Evangelio de hoy nos va a descubrir quién es realmente Jesús. No es hombre cualquiera. Es Dios.
Preces:
1. Por todos los que formamos la Iglesia, para que sea fiel a la misión que Jesús nos ha encargado. Roguemos al Señor.
1. Por todos los que formamos la Iglesia, para que sea fiel a la misión que Jesús nos ha encargado. Roguemos al Señor.
2. Por todos los padres del mundo, para que busquen siempre lo mejor para sus hijos y les ayuden a ser unas buenas personas. Roguemos al Señor.
3. Por todos los cristianos, para que seamos, como Jesús, el rostro de Dios para los demás. Roguemos al Señor.
4. Para que los enfermos encuentren consuelo en los demás. Roguemos al Señor.
5. Por los que estamos reunidos alrededor del altar, para que siempre sepamos responder a la fidelidad que Dios nos demuestra en cada Eucaristía. Roguemos al Señor.
Invitación a Comulgar:
Pedro, Santiago y Juan vieron a Jesús en el monte Tabor: su rostro transfigurado les dio fuerza para seguirle en el camino de la cruz. En la Eucaristía Jesús nos muestra su rostro y nos da fuerza para seguirle.
Despedida:
Nos despedimos con el propósito de escuchar a Jesucristo cada día y dejarnos transformar por Él.
Nos despedimos con el propósito de escuchar a Jesucristo cada día y dejarnos transformar por Él.