1ª. Lectura: 2Mac 7,1-2. 9-14:
Los macabeos eran buenos judíos que no querían adorar más que al Dios verdadero. Les obligaron a adorar a otros dioses y no lo hicieron, prefiriendo morir, porque esperaban la resurrección y la vida feliz con Dios.
2ª. Lectura: (2 Tes 2,16-3,5):
El tiempo presente es decisivo y debe estar sostenido por toda clase de palabras y obras buenas. Es el mensaje que nos da San Pablo en el texto siguiente.
Evangelio: Lc 20,27-38:
El «cielo» es diferente porque es la plenitud de lo bueno de esta vida.
Preces:
1. – Por el Papa, obispos y sacerdotes: para que desempeñan con rectitud y acierto su labor de santificar, enseñar y regir al pueblo de Dios que les ha sido encomendado. Roguemos al Señor.
2. – Por los países del mundo que sufren la guerra, el hambre, la falta de cultura y de fe. Roguemos al Señor.
3. – Por los jóvenes: para que abran su corazón a Cristo y no se dejen atraer por los falsos halagos que la sociedad les ofrece, sino que cooperen abiertamente en la nueva evangelización. Roguemos al Señor.
4. – Por los enfermos, los pobres, los ancianos, los parados y los que sufren: para que encuentren respuesta a sus problemas. Roguemos al Señor.
5. – Por nosotros mismos y por todas nuestras intenciones: para que vivamos en santidad preparando convenientemente la vida eterna. Roguemos al Señor.
Invitación a comulgar:
Cristo resucitado nos da ahora su cuerpo y su sangre. Nosotros, al recibirlos en nuestro corazón, participamos de la vida en plenitud del resucitado. Y la Eucaristía guarda nuestra alma para la vida eterna.
Despedida: Queridos amigos: que el Señor, que ha resucitado, haga crecer nuestra vida de fe, de esperanza y de caridad. Que él nos ayude en la tarea de ser mejores y de ayudar a los demás.