Monición de entrada: Un domingo más nos reunimos para celebrar la Eucaristía. Hoy vamos a estar atentos al Evangelio que nos dice que Jesús era sanador porque sanaba a los enfermos, pero no sólo eso: también sanaba a los tristes, a los que estaban solos o a los que sufrían…
1ª Lectura: (Dt 18,15-20) El profeta es aquel que habla en nombre de Dios En la lectura que vamos a escuchar, Moisés pide al Señor que mande un profeta con autoridad. Después de escuchar la lectura, ¿podéis imaginar quién puede ser ese profeta que hable con autoridad?
2ª Lectura: (1 Cor. 7,29-31) Vamos a escuchar la carta que Pablo escribe a los cristianos de Corinto.
Evangelio (Mc 1,21-28): Vamos a estar atentos al Evangelio y nos vamos a fijar en la autoridad que Jesús tiene cuando habla y cuando sana
Preces:
1. Por todos los que seguimos a Jesús y formamos la Iglesia, para que seamos alumnos aplicados de nuestro mejor Maestro de la Vida, que es Jesús. Roguemos al Señor.
2. Por los sacerdotes, religiosos y religiosas, para que sepan transmitir el mensaje de Jesús y ayudarnos a vivirlo a los demás. Roguemos al Señor.
3. Por todas las personas que tienen cargos de responsabilidad, para que nunca abusen de su situación de poder, sino que como Jesús, su autoridad sea consecuencia de su dedicación a los demás y de la verdad de sus palabras. Roguemos al Señor.
4. Por los que estamos aquí reunidos este domingo compartiendo nuestra fe, para que el sentarnos a la misma mesa que Jesús nos haga conocerle y seguirle mejor. Roguemos al Señor.
Invitación a comulgar: Jesús nos llama a recibir su cuerpo en la comunión. Dichosos nosotros si aceptamos esa llamada.
Despedida: Porque tu Palabra nos convence, Señor, sabemos que seremos felices si ponemos en práctica tu mensaje, si a partir de este momento nosotros también nos convertimos en sanadores de soledades y de tristezas tanto en nuestra familia como en nuestro grupo de amigos y compañeros y compañeras.
Aquí puedes descargar la hoja para la Eucaristía de Familias 4º domingo Tiempo Ordinario -B-
