Monición de entrada:
La Eucaristía de hoy es la última del tiempo de Pascua, antes de las grandes fiestas de la Ascensión, Pentecostés y Corpus. En esta Eucaristía vamos a hacer un resumen de todo lo que hemos compartido las semanas anteriores.
Es muy fácil de hacer porque se resume con una sola palabra: Amor: Jesús da la vida por amor, y si nosotros permanecemos en su amor, amaremos como Él. Hay unas personas que necesitan más que nadie de nuestro amor: son los enfermos, que hoy vamos a recordar de manera especial.
Primera Lectura: (Hech 10,25-26.34-35.44-48)
El libro de los Hechos de los Apóstoles nos habla del Espíritu Santo y, al hacerlo, nos adelantamos casi a una fiesta muy importante que celebraremos dentro de quince días: la venida del Espíritu Santo. Él es el que nos da fuerza para vivir como nos dijo Jesús.
Salmo: 97,1-4:
El Señor revela a las naciones su salvación.
Segunda Lectura: (1 Jn 4,7-10):
Escucharemos ahora una lectura breve aunque intensa. Una de las páginas más interesantes de la Biblia. Una página que nos habla de quién es Dios.
Evangelio: (Jn 15,9-17)
El evangelio de San Juan nos resume todo lo que hemos celebrado: reconocemos el amor que Jesús nos ha demostrado, le seguimos, y actuamos como Él lo hace. Si estamos atentos, nos daremos cuenta que el final del evangelio, dice lo mismo que la primera lectura.
PRECES:
1. Por el Papa Francisco, por nuestro obispo Julián, y por todos los cristianos de nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Roguemos al Señor.
2. Por los enfermos, por sus familiares, por los médicos, y por todos aquellos que trabajan atendiendo a los que sufren enfermedades. Roguemos al Señor.
3.Por todas las madres del mundo, para que vivan su maternidad como una vocación y sepan hacer de sus hijos niños felices y adultos responsables. Roguemos al Señor.
4. Por los niños y niñas que en estos domingos van a recibir su Primera Comunión, para que siempre conserven la amistad con Jesús. Roguemos al Señor.
Invitación a comulgar:
Señor Jesús, nos sentimos llenos de alegría y queremos responder al amor que tú nos has dado. Queremos ser tus amigos y vamos a hacer lo que nos has enseñado: Amar a los demás como tú nos has amado, porque sabemos que así vamos a dar muchos frutos.
Despedida
Que tengamos la alegría de no fallar a Jesús ni un solo domingo o fiesta de precepto asistiendo a la Eucaristía de las familias.