
Monición de entrada: En el segundo domingo de Adviento encendemos otra vela de la corona, y junto a la primera, su luz hace que todo brille con más fuerza. Deja que su brillo te recuerde que siempre puedes empezar de nuevo. Cada día es una oportunidad para que Jesús te ayude a ser más bueno, más alegre y más luminoso. ¡Abre tu corazón y déjala entrar!
En nuestra “Ventana de la Paz” hoy se asoma Juan Bautista y nos avisa que viene la LUZ, que preparemos el camino y nos convirtamos, como el gusano se convierte en mariposa.
1ªLectura: Isaías 11.1-10 Isaías nos dice que el Mesías nos traerá la paz. Y Jesús quiere hacer que la paz se apoye en una base sólida, que es la justicia.
Salmo 71: “Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente”.
2ª Lectura: (Rom. 15, 4-9) Tenemos que crear justicia donde no hay, viviendo unidos, acogiéndonos unos a otros, especialmente los que son más débiles, marginados y pobres.
Evangelio: (Mat 3,1-12) Dios no sólo nos manda mensajes sino que nos manda mensajeros. El último mensajero que mandó Dios a la tierra se llamaba Juan Bautista que gritaba en el desierto: “¡Preparad el camino del Señor!”
Preparar el camino es quitar las piedras del enfado, de la mentira o del egoísmo, y llenarlo de amor y de alegría. Jesús quiere encontrar nuestro corazón limpio y dispuesto.
Preparar el camino es quitar las piedras del enfado, de la mentira o del egoísmo, y llenarlo de amor y de alegría. Jesús quiere encontrar nuestro corazón limpio y dispuesto.
Preces:
1.- Por la Iglesia, para que prepare en todo el mundo los caminos del Señor. Roguemos al Señor.
2.- Por el Papa, los obispos, los sacerdotes y los diáconos, para que a ejemplo de Juan Bautista anuncien la venida de Jesucristo. Roguemos al Señor.
3.- Por los que gobiernan las naciones, para que trabajen en favor de la paz y la prosperidad de los pueblos. Roguemos al Señor.
4. Por los enfermos y los que sufren, para que reciban el consuelo del Señor y de los hombres compasivos. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros, aquí reunidos, que queremos preparar el camino al Señor, para que tomemos en serio nuestra vida de cristianos. Roguemos al Señor.
Invitación a comulgar:
Dios Padre ha preparado el Banquete de su Hijo. Y nos ha invitado a todos. Dichosos somos porque Dios nos ama, y dichosos también porque hemos escuchado su llamada.
Despedida: Amigos: La Misa ha terminado. Ahora vamos a casa y tenemos que poner en práctica lo que aquí hemos vivido.