Monición de entrada: Estamos en el tercer domingo de Adviento. Seguimos esperando la venida de Cristo y el apóstol San Pablo nos exhorta, diciendo: «Estad siempre alegres en el Señor; os lo repito, estad alegres, porque el Señor está cerca»
1ª Lectura: (Isaías 35, l-6a. 10): Hoy, la profecía de Isaías nos llenará de alegría porque nos dice como a los israelitas: ¡No temáis! Mirad a vuestro Dios.
Salmo 145,7-10: «Ven, Señor, a salvarnos»
2ª Lectura: (Santiago 5,7-10): El apóstol Santiago nos dice que nos tenemos que mantener firmes y saber esperar la venida del Señor.
Evangelio: (Mateo 11,2-11) En el Evangelio, oiremos el gran elogio que Jesús hace de Juan Bautista. Nos ponemos de pie para escuchar el Evangelio.
Preces
1 – Tú, que eres la alegría de Dios, ven y enjuga las lágrimas de los que están tristes. Roguemos al Señor.
2 – Tú, que has venido para salvar todo lo perdido, ven y salva al mundo de la injusticia, las guerras y el dolor. Roguemos al Señor.
3.- Tú, que has venido a dar la buena noticia a los pobres, haz que la Iglesia sea, como tú, la mensajera del evangelio para los pobres y olvidados de la tierra. Roguemos al Señor.
4.- Tú, que has venido para quedarte con nosotros, límpianos, cúranos, cámbianos el corazón, para que nos preparemos a tu venida. Roguemos al Señor.
Invitación a comulgar: Jesús, estamos alegres porque nos has invitado a tu cena. Aquí estamos. Venimos contentos a tu mesa. Repártenos tu cuerpo y tu sangre. Y viviremos la alegría que brota del corazón.
Despedida: Amigos: Llevemos lo que ahora hemos celebrado a la vida y que nuestras obras demuestren nuestro amor.