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El belén de nuestra parroquia

   

Ya se puede visitar el Belén de nuestra parroquia que este año se presenta  como un maxidiorama. 

Nuestro agradecimiento a todas las personas de la Asociación de Belenistas de Guadalajara que, con horas de trabajo y esfuerzo, lo han hecho posible.

El belén de la parroquia de San Nicolás el Real es el más antiguo de la ciudad de Guadalajara. Tenemos noticias de su montaje, gracias a la prensa alcarreña, desde los últimos años del siglo XIX, y su montaje ha sido ininterrumpido desde entonces, salvo durante la Guerra Civil y la pandemia de Covid19 en 2020.

El belén solía ser montado por feligreses de la parroquia, especialmente los más jóvenes. Como curiosidad, durante varias décadas el belén parroquial no se montó en su templo propio, sino en la antigua capilla que los Dominicos tenían en su convento a extramuros en la llamada Plaza del Mercado (actual plaza de Santo Domingo).

En los años cuarenta, el belén de San Nicolás ganó varias concursos nacionales de belenes y algunos de los belenistas que los montaban figuran entre los fundadores de la Asociación, como Hermógenes Noguerales y Teófilo Moratilla.   

(Fuente: https://www.belenistasguadalajara.es/belenes)

El belén, en palabras del Papa Francisco: «el belén manifiesta la ternura de Dios. Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez. El don de la vida, siempre misterioso para nosotros, nos cautiva aún más viendo que Aquel que nació de María es la fuente y protección de cada vida. En Jesús, el Padre nos ha dado un hermano que viene a buscarnos cuando estamos desorientados y perdemos el rumbo; un amigo fiel que siempre está cerca de nosotros; nos ha dado a su Hijo que nos perdona y nos levanta del pecado«

 

¡Os invitamos a visitarlo! 
(fuera del horario de cultos)

Tercer domingo de Adviento – Ciclo A-

En este tercer domingo de Adviento, llamado el “domingo de la alegría”, la Palabra de Dios nos invita, por una parte, a la alegría y, por otra, a la conciencia de que la existencia incluye también momentos de duda, en los que es difícil creer. La alegría y la duda son experiencias que forman parte de nuestras vidas.

A la invitación explícita a la alegría del profeta Isaías: «Que el desierto y el sequedal se alegren, regocíjese la estepa y la florezca como flor» (35, 1), se contrapone en el Evangelio la duda de Juan el Bautista: «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?» (Mateo 11, 3). De hecho, el profeta ve más allá de la situación, tiene ante sí gente desanimada: manos débiles, rodillas vacilantes, corazones intranquilos (cf. Isaías 35, 3-4). Es la misma realidad que siempre pone a prueba la fe. Pero el hombre de Dios mira más allá, porque el Espíritu Santo hace que su corazón sienta el poder de su promesa y anuncia la salvación: «¡Ánimo, no temáis! Mirad que vuestro Dios viene, […] os salvará» (v. 4). Y entonces todo se transforma: el desierto florece, el consuelo y la alegría se apoderan de los perdidos, los cojos, los ciegos, los mudos se curan (cf. vv. 5-6). Esto es lo que sucede con Jesús: «los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva» (Mateo 11, 5).

Esta descripción nos muestra que la salvación envuelve al hombre entero y lo regenera. Pero este nuevo nacimiento, con la alegría que lo acompaña, presupone siempre una muerte para nosotros mismos y para el pecado que está dentro de nosotros.

De ahí la llamada a la conversión, que es la base de la predicación tanto del Bautista como de Jesús; en particular, se trata de convertir la idea que tenemos de Dios. Y el tiempo de Adviento nos estimula a hacerlo precisamente con la pregunta que Juan el Bautista le hace a Jesús: «¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?» (Mateo 11, 3). Pensemos: toda su vida Juan esperó al Mesías; su estilo de vida, su cuerpo mismo, está moldeado por esta espera. Por eso también Jesús lo alaba con estas palabras: «no ha surgido entre los nacidos de mujer uno mayor que Juan el Bautista» (Mateo 11, 11). Sin embargo, él también tuvo que convertirse a Jesús. Como Juan, también nosotros estamos llamados a reconocer el rostro que Dios eligió asumir en Jesucristo, humilde y misericordioso.

El Adviento es un tiempo de gracia. Nos dice que no basta con creer en Dios: es necesario purificar nuestra fe cada día. Se trata de prepararnos para acoger no a un personaje de cuento de hadas, sino al Dios que nos llama, que nos implica y ante el que se impone una elección. El Niño que yace en el pesebre tiene el rostro de nuestros hermanos más necesitados, de los pobres, que «son los privilegiados de este misterio y, a menudo, aquellos que son más capaces de reconocer la presencia de Dios en medio de nosotros» (Carta Apostólica Admirabile signum, 6).

Que la Virgen María nos ayude para que, al acercarnos a la Navidad, no nos dejemos distraer por las cosas externas, sino que hagamos espacio en nuestros corazones a Aquél que ya ha venido y quiere volver a venir para curar nuestras enfermedades y darnos su alegría.

Santo Padre Francisco
gelus, 15 de diciembre de 2019
Fuente: vatican.va

Tercer domingo de Adviento – Ciclo A – Eucaristía de las Familias

 

Monición de entrada: Seguimos avanzando en el camino del Adviento.  Nos fijamos que el sacerdote lleva una casulla de color rosa porque es el domingo de la alegría y encendemos la tercera vela. Su luz es distinta: tiene el brillo de la esperanza, ese que nace cuando el corazón empieza a sentir que Jesús está muy cerca.

Un nuevo personaje se asoma a nuestra “ventana de la Paz”: el arcángel San Gabriel que anunció a María. y nos pide que preparemos la canastilla con María para el Niño Jesús. 

 1ª Lectura: (Isaías 35, l-6a. 10): Hoy, la profecía de Isaías nos llenará de alegría porque nos dice como a los israelitas: ¡No temáis! Mirad a vuestro Dios. 

Salmo 145,7-10: «Ven, Señor, a salvarnos»
 
2ª Lectura: (Santiago 5,7-10): El apóstol Santiago nos dice que nos tenemos que mantener firmes y saber esperar la venida del Señor.
 
Evangelio: (Mateo 11,2-11) En el Evangelio, oiremos el gran elogio que Jesús hace de Juan Bautista. Nos ponemos de pie para escuchar el Evangelio.
  
Preces

1 – Tú, que eres la alegría de Dios, ven y enjuga las lágrimas de los que están tristes. Roguemos al Señor.

2 – Tú, que has venido para salvar todo lo perdido, ven y salva al mundo de la injusticia, las guerras y el dolor. Roguemos al Señor.

3.- Tú, que has venido a dar la buena noticia a los pobres, haz que la Iglesia sea, como tú, la mensajera del evangelio para los pobres y olvidados de la tierra. Roguemos al Señor.

4.- Tú, que has venido para quedarte con nosotros, límpianos, cúranos, cámbianos el corazón, para que nos preparemos a tu venida. Roguemos al Señor.

Invitación a comulgar: Jesús, venimos contentos a tu mesa. Repártenos tu cuerpo y tu sangre. Y viviremos la alegría que brota del corazón.

 Despedida: Amigos: esta semana, dejemos que la alegría despierte dentro de nosotros y se note  en  nuestra manera de vivir con quienes nos rodean.

AQUÍ PUEDES DESCARGAR LA HOJA PARA LA EUCARISTÍA DEL TERCER DOMINGO DE ADVIENTO- 

Corona de Adviento

Prepara tu corona de Adviento
La palabra Adviento procede del latín y quiere decir venida. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad.

La corona es un círculo de hojas verdes, la forma simboliza la eternidad y el color la esperanza y la vida. En el centro de círculo se colocan cuatro velas para encenderse una cada domingo de Adviento. La luz de la vela simboliza nuestra fe.

El conjunto se sitúa cerca del altar o del ambón de la Palabra, si es en la Iglesia, o en un lugar adecuado si se utiliza en un ambiente familiar o escolar.

 En Navidad se puede añadir una quinta vela, hasta el final del tiempo de Navidad y si se quiere se puede situar la imagen del Niño en relación con la corona: se tiene que ver que la Navidad es más importante que la espera del Adviento.

La corona de Adviento se ha convertido rápidamente en un elemento complementario de pedagogía cristiana para expresar la espera de Cristo Jesús como Luz y Vida.

 BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO
 
La tierra, Señor, se alegra estos días
y tu Iglesia desborda
de gozo ante tu Hijo, el Señor,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos
en las tinieblas de la ignorancia,
del dolor y del pecado.
 
Llenos de esperanza en su venida,
nuestra familia ha preparado esta corona
con ramos y la ha adornado con cirios.
Ahora, pues, que comenzamos
el tiempo de preparación para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor, que,
mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona
con nuevas luces,
nos ilumines a nosotros con el esplendor de aquel que,
por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades.
 
Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Nos encontramos todos los domingos para celebrar la Eucaristía de las Familias

Nos reunimos los domingo para celebrar la Eucaristía de las Familias, a las 13,00 h. 

Os animamos a venir en familia y  participar leyendo, cantando (podéis participar más activamente en el coro con vuestra voz o con algún instrumento !!!) o ayudando como monaguillos (los que ya han hecho la Primera Comunión).

¡¡  Jesús te espera, no faltes !!    

Proyecto de acompañamiento en hospitales. Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP)

La Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP) ha lanzado un proyecto de acompañamiento en hospitales para brindar apoyo a personas hospitalizadas y a sus familiares. Este proyecto, que va dirigido a los aspectos más trascendentales de la persona, busca humanizar el entorno hospitalario, y ofrecer consuelo y compañía en momentos de soledad y vulnerabilidad. Los servicios de acompañamiento […]

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Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María

 Del 29 de noviembre al 7 de diciembre en nuestra parroquia Mañanas: a las 12:30 h.  después de la Santa Misa Tardes: a las 19:00 h. Rosario, Novena y Santa Misa. * * * * * Vigilia Diocesana de la Inmaculada en la iglesia del Carmen Domingo, 7 de diciembre 20,30 h. Rosario en el […]

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Segundo domingo de Adviento – Ciclo A-

El Evangelio de este segundo domingo de Adviento nos anuncia la llegada del Reino de Dios (cf. Mt 3,1-12). Antes de Jesús, aparece en escena su precursor, Juan el Bautista. Él predicaba en el desierto de Judea diciendo: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca» (Mt 3,1). En la oración del “Padre nuestro”, pedimos cada día: […]

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6 de diciembre, fiesta de San Nicolás

  San Nicolás de Bari vivió aproximadamente entre los años 280 a 345. Se sabe de manera cierta, que hacia la época del concilio de Nicea (año 325) era obispo de Myra, diócesis del Asia Menor. Es probable, aunque no está probado, que asistiera al concilio. Murió en la capital de su diócesis y fue sepultado […]

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